jueves, 28 de abril de 2011

Alguien para amar [Cap. 2] -FINAL-

Capítulo 2

Al llegar a su departamento, se quitó el saco y la corbata y las arrojó directo al sillón, rápidamente entró al baño y abrió la llave del lavabo, acto seguido mojó su rostro con agua fría.
-Hoy hiciste algo realmente estúpido-
Se dijo a sí mismo mientras se veía en el espejo, después mojó de nuevo su cara, necesitaba sacar aquel sentimiento, aquella sensación de ese beso, necesitaba volver a la realidad. Después tomó su toalla y se secó el rostro, saliendo del baño para dirigirse a su habitación, en donde lo primero que hizo fue tumbarse sobre la suave cama.
-Lo que paso hoy… debe quedarse ahí… como un recuerdo… necesito concentrarme en mis propios asuntos-
Se dijo mientras se ponía de pie y comenzaba a desvestirse para ponerse algo cómodo para después acomodarse en su cama y tratar de dormir un poco.

Había resultado difícil conciliar el sueño, y ahora que se encontraba profundamente dormido, un molesto ruido lo estaba molestando, alguien tocaba la puerta de una forma baste insistente.
Como pudo, logró abrir los ojos y se reincorporó lentamente, fijando su mirada en el reloj que se encontraba sobre su buró.
-Las doce… ¿Las doce?-
Expresó asombrado, nunca se había despertado tan tarde y antes de poder seguir pensando en ello, tocaron nuevamente la puerta, haciéndolo reaccionar, se levantó rápidamente y gritó mientras avanzaba hacia la puerta.
-¡Ya voy!-
Dicho esto, abrió la puerta, encontrándose con Takaki.
-No puedo creer que sigas dormido-
Expresó con una sonrisa burlona.
-Hay muchas cosas increíbles para ti Takaki, pero olvídalo, ¿Qué te trae por aquí?-
Preguntó Kei mientras se hacía a un lado para dejar entrar a su amigo.
-Bueno, vengo para saber como te fue anoche, me pediste el traje diciendo que era para un trabajo importante y vengo por información y por supuesto también por mi traje-
Dijo mientras tomaba asiento en una de las sillas del comedor.
-Bueno, conociéndote estoy seguro que vienes más por lo que te pueda contar que por tu traje-
Sonrió Kei mientras sacaba la leche de su refrigerador.
-¿Quieres un poco?-
-No gracias, ya desayuné-
Negó Takaki en cuanto Inoo le ofreció un poco de leche.
-Bueno, no te voy a negar que tengo mucha curiosidad, y como te veo, fue una noche larga-
-Ni que lo digas-
Dijo Kei con pesadez mientras tomaba asiento frente a Takaki y bebía de su leche fría.
-¿Acaso tu… haz hecho… eso?-
Preguntó Takaki ligeramente asombrado.
-No digas tonterias, sabes muy bien que no tengo relaciones con mis clientes-
Afirmó Kei mientras terminaba su leche de un solo trago.
-¿Entonces? ¿Por qué te ves tan… desvelado?-
-Bueno, no pude dormir bien, eso es todo-
-Vaya, vaya, hasta que al fin alguien te quita el sueño, debe ser una chica bastante linda-
Dijo Takaki mientras sonreía traviesamente.
-¿Sabes que es lo peor de todo esto?-
Preguntó Kei mientras dejaba escapar un pesado suspiro.
-No me digas… ¿Es casada?-
Ante semejante pregunta, Kei miró a Takaki con fastidio.
-No es por ella que me siento así-
Takaki abrió sus ojos de par en par, estaba asombrado y ansioso por escuchar más detalles.
-En esa fiesta, a dónde me llevaron… conocí a alguien-
-¿Y eso es lo peor de todo?-
Preguntó Takaki confundido.
-Si me dejas terminar lo sabrás-
Dijo Inoo mientras miraba a Takaki con un ligero fastidio, el cual solo rió torpemente.
-Esta bien, continua-
Kei suspiró profundo y continuo.
-La persona que conocí, era el centro de atención de aquella reunión, ayer fue su cumpleaños y… es un chico…-
Takaki parpadeo varias veces mientras procesaba esta nueva información, al notar que no decía nada, Kei continuo hablando.
-Ayer yo… me convertí en alguien diferente, converse con él… me sentí extraño… diferente… nunca antes había sentido algo así… y por eso yo me dejé llevar y…-
Kei se detuvo, de cierta forma le avergonzaba contarle esto a Takaki, sin embargo este insistió por escuchar el resto.
-¿Y? ¿Qué hiciste?-
De nueva cuenta Kei suspiró y dijo tímidamente, bajando la mirada.
-Yo… lo besé…-
Kei se esperaba alguna reacción, un grito, un reclamo, algo por parte de Takaki, sin embargo no fue así, ambos se quedaron en silencio, Inoo no se atrevía a levantar la mirada, pero al continuar así, no pudo más y miró tímidamente a Takaki.
-Vaya…-
Dijo Takaki mientras cambiaba su expresión de sorpresa por una más tranquila.
-¿Eso es todo lo que vas a decirme?-
Preguntó Inoo confuso.
-Bueno, ahora que lo mencionas, es sorprendente, viniendo de ti, nunca me lo imaginé, por eso desde un principio sospeché que se trataba de una chica-
Respondió Takaki muy tranquilamente mientras sonreía.
-¿No vas a decirme que estoy mal?-
Insistió Kei.
-No-
Dijo Takaki tranquilamente.
-¿Por qué no? Deberías hacerlo ¡Eres mi amigo!-
-¿Eso que tiene que ver? No tiene nada de malo-
Kei estaba más que sorprendido, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Cómo era posible que Takaki aceptara esta situación así como así? Era extraño, lo cual lo dejaba con una pregunta.
-¿Tú ya has besado a un chico antes?-
Ante el rostro curioso de Inoo, Takaki solo sonrió torpemente.
-Bueno, hay uno que me gusta, pero no lo he besado… todavía-
Inoo se quedó sin palabras, no se lo esperaba.
-No lo puedo creer… ¿Quién te gusta?-
Takaki desvió la mirada, Kei pudo notar como su rostro se ruborizaba un poco.
-¿Lo conozco?-
Preguntó curioso, Takaki asintió con la cabeza.
-¿Quién es?-
-No… no te lo voy a decir… por que le vas a decir y arruinarás todo-
-¿Eh?-
-Lo ves todos los días, y así como eres de despistado seguramente terminarás por decirle-
Inoo pensó detenidamente las palabras de Takaki.
-¿Es alguien del Club?-
-No hagas más preguntas, no te voy a decir hasta que tenga algo asegurado, mejor dime, ¿Quién es ese chico de anoche?-
Por un segundo Kei había olvidado lo que conversaba inicialmente con Takaki, acerca de su primer encuentro con Daiki, así que al recordarlo, volvió a sentirse extraño.
-Bueno, él es el sobrino de Shiori, mi cliente, viene de una familia sumamente rica, pero a pesar de ello es tan sencillo… amable… su sonrisa es tan… ¿Cómo decirlo?… tiene algo que me hace sentir… diferente-
-Te gusta-
Le dijo Takaki con una sonrisa.
-¿Pero que tonterías estas diciendo? Eso es imposible, ¿Cómo puede gustarme alguien a quien apenas conozco?-
Alegó Inoo mientras trataba de ponerse serio.
-Si no te hubiese gustado, no lo habrías besado y entonces ahora no tendrías esa sonrisa cuando lo recuerdas, es más que evidente que ese chico te gustó, y mucho, no trates de ocultarlo-
Kei desvió su mirada, ¿En verdad le había gustado Daiki? No tenía forma de saberlo a ciencia cierta, nunca antes le había gustado alguien, siempre tan ocupado en sus propias cosas, nunca se había dado la oportunidad de darse cuenta de aquel sentimiento.
-De todas formas no volveré a verlo, así que será mejor olvidar lo ocurrido-
Dijo mientras se cruzaba de brazos y miraba a Takaki con seriedad.
-¿Por qué no lo buscas? Ya sabes en donde vive-
Kei no respondió, no sabía que decir, Takaki tenía razón, no había motivo para darse por vencido, tenía la posibilidad de visitarlo y verlo las veces que quiciera pero… no sabía con que cara presentarse de nuevo frente a él, después de todo esa noche se despidió con palabras no muy agradables.
“-Debes olvidar lo ocurrido, nuestros mundos son diferentes, además, no puedes confiar en alguien como yo-”
Al recordar sus propias palabras, respiró profundo.
-De todas formas, tengo que pensar en mi trabajo… no puedo pensar en cosas como estas-
Dicho esto se puso de pie y caminó rumbo a la cocina.
-Yo pienso que no tiene nada de malo, después de todo también eres un ser humano y no puedes vivir solo toda tu vida, pero eso lo dejo a tu propio criterio, ahora debo irme, dejaré que lleves mi traje a la tintorería, después vendré por el-
Así, se puso de pie y se giró para ver a Kei, quien estaba de espaldas recargado en el fregadero.
-No tengas miedo, tarde o temprano ibas a encontrar a alguien, debes tener a alguien para amar y que te ame, solo debes buscarlo-
Escuchar la palabra “amar” hizo que algo en su interior hiciera un “boom” haciendo eco en su cabeza.
-¿Ahora me vas a hablar de lo que es el amor?-
Preguntó con sarcasmo mientras se giraba para ver a Takaki.
-Yo no soy quien para hablarte de eso, sin embargo es algo que todos necesitamos en el transcurso de nuestra vida, no lo olvides-
Dicho esto, sonrió y camino hacia la puerta.
-No vemos después, no olvides llevar mi traje a la tintorería-
Así, sin más que decir, salió del departamento de Kei, dejándolo solo, pensando en esas palabras.
-Yo no necesito amar a nadie…-
Murmuró mientras abría la llave del fregadero y mojaba su rostro.
-Alguien para amar… tonterías-

-¿A dónde vas Daiki?-
Preguntó su padre mientras lo veía dispuesto a salir de casa.
-Quiero ir a comprar unas cosas, no tardo-
-¿Qué cosas?-
Insistió su padre, pero enseguida apareció su madre.
-Cariño, deja a Daiki tranquilo, ya tiene veinte años ¿lo olvidas? No le pasará nada si va con el chofer-
El señor miró un poco molesto a su esposa.
-No llegaré tarde, descuida-
Sonrió Daiki, esperando así poder tranquilizar a su padre.
-Esta bien, vete-
Respondió de mala gana, de cierta forma le preocupaba el hecho de que Daiki anduviese solo, después de todo venía de una familia importante y estaba expuesto a ciertos peligros, además de que era su único hijo, lo sobreprotegía, pero Daiki sabía comprender a su padre, por lo que siempre evitaba discutir con él.
Al subir al auto, sacó la tarjeta, sonrió y le indicó al chofer que lo llevase a centro comercial más cercano.
“-Voy a necesitar ropa nueva-”
Pensó mientras guardaba de nuevo la tarjeta en su bolsillo y miraba por la ventana.
Al avanzar, no podía sacar de su cabeza aquel momento, se sentía extraño, necesitaba ver a Kei de nuevo, era algo que no lograba comprender, nunca antes se había sentido así, pero no estaba dispuesto a dejar las cosas así, olvidadas, no, necesitaba hacer lo que fuese necesario para verlo de nuevo y comprobar que este sentimiento era real, completamente.

El día transcurrió con normalidad para Kei, sin novedad alguna, así, la noche llegó y la hora de ir a trabajar también, así que debía prepararse. Como de costumbre guardó en una pequeña maleta uno de sus mejores trajes, sus diferentes artefactos para peinarse y arreglarse, cerró la maleta, tomó su chaqueta junto con sus llaves y salió del departamento.
Al llegar, fue recibido por su pequeño compañero, Yamada.
-Inoo-chan ¿Por qué no viniste ayer?-
Kei miró a Yamada y le sonrió.
-Cosas de trabajo, nada que necesite detalles-
Dicho esto, entro en los vestidores, mientras se ponía su traje, Yamada le decía desde afuera.
-Hiciste falta ¿sabes? Hubo mucha gente preguntando por ti-
-Lo sé, descuida, ya estoy aquí para trabajar-
Dijo mientras salía para dirigirse al gran tocador para peinarse.
-¿Alguna novedad que tengas para mi?-
Preguntó Inoo.
-Mmm… bueno, hoy en la tarde vino alguien, tal parece que habrá un chico nuevo-
-¿Así que hay un nuevo esta noche? Seguramente comenzara como todos nosotros, así que tendrás un nuevo compañero para entregar las bebidas-
Dijo mientras sonreía.
-Eso parece, ya sabes que todos los que entramos comenzamos así, aunque a mi ya me falta poco para cambiar de nivel-
Yamada guiñó el ojo y sonrió.
-Progresas rápido-
-Aunque… ya no estoy tan seguro de querer continuar…-
-¿Eh? ¿Por qué lo dices?-
Preguntó Kei sorprendido.
-Bueno… no es nada importante, solo pasó por mi cabeza, no le prestes atención, ¿Ya estas listo?-
Kei terminó de arreglar su cabello y se giró para ver a Yamada.
-Si, pero no saldré hasta que me llamen, y con respecto a lo que dijiste hace un momento, sabes que es tu decisión si te quedas o te vas, nadie te obliga, así que tú sabes-
-Gracias por el consejo-
Agradeció Yamada con una sonrisa.
-Yo debo salir, al parecer ya esta llegando la gente y alguien tiene que llevarles lo que pidan-
-Buena suerte-
Así, ambos se sonrieron y Yamada salió de aquel pequeño cuarto.
-¿Así que se quiere salir?… No es una mala idea…-
Dijo para si, después se dejó caer sobre la silla más cercana que tenía y clavó su vista en el suelo.
-Yo nunca he pensado en salirme…-
Murmuró, después dejó escapar un suspiro y se recargó por completo en el respaldo de la silla, estiró sus brazos y dejó salir un gran bostezo.
-Inoo, es tu turno-
Le dijo uno de los chicos.
-Esta bien, gracias-
Así, se puso de pie y salió a paso lento, como de costumbre se encontró con el jefe.
-¿Qué tal tu día libre?-
-No fue día libre-
Respondió mientras sonreía.
-Esta bien, ya tienes trabajo, pero antes de que te vayas, aquí tienes, una botella de vino, como siempre, clientes especiales-
-Perfecto jefe, ¿Esta vez a quien tenemos?-
-Es la señora Fujimori, la de siempre, anoche preguntó por ti, parece que te tiene una larga platica preparada, ¿Estarás bien?-
Kei sonrió.
-No hay problema-
-Muy bien, pues a trabajar-
Le dijo el jefe mientras le daba la botella, un par de copas y una palmadita en la espalda, pero antes de que Inoo se fuera, el jefe habló.
-Ah, por cierto, hay un chico nuevo, en estos momentos Yamada le esta enseñando lo básico, quiero que lo veas para que lo identifiques-
-¿Ahora?-
Preguntó Kei con un poco de fastidio.
-No, cuando termines con la señora Fujimori vienes, ¿de acuerdo?-
-Esta bien-
Dicho esto, inició su camino, como de costumbre, a la sección V.I.P, osease, la sección para clientes exclusivos, solo los que pagaban realmente bien eran atendidas en aquel lugar.
Con cuidado esquivó a los meseros que pasaban de prisa, observó de reojo a los otros chicos que aplaudían, reían o simplemente conversaban con sus clientes, era lo mismo todas las noches, con una música movida, juego de luces de colores, de cierta manera le alegraba ser uno de los especiales, esas salas eran más tranquilas.
De pronto, mientras caminaba le pareció ver a alguien familiar caminando junto a Yamada, trató de seguirlo con la mirada pero uno de los meseros se atravesó en su camino, haciendo que lo perdiera la vista.
“-Es imposible…-”
Pensó mientras ladeaba su cabeza e intentaba concentrarse de nuevo y continuar con su camino.

-Es sencillo, tomas la orden y vienes a la barra, dejas la nota aquí y en cuanto este listo te llamarán y lo llevas a la mesa correspondiente, ¿Entendiste?-
Preguntó Yamada.
-Si-
-Muy bien, te dejaré solo ¿Crees poder?-
-Lo voy a intentar, después de todo ya estoy aquí-
Yamada observó detenidamente a aquel chico.
-Sé que eres nuevo, así que se cuidadoso-
-Si, eso haré, gracias-
Dicho esto, observó como Yamada se alejaba, suspiró profundo y recordó el objetivo que lo había llevado a aquel lugar.
-Tengo que encontrarlo-
Dicho esto comenzó a caminar por todo el lugar hasta que alguien lo llamó.
-Disculpa, quiero pedir algo-
-Claro-
Dijo con una sonrisa mientras miraba a aquellas señoras, al parecer acababan de llegar.

Kei entró en aquella silenciosa sala y cruzó miradas con la señora Fujimori, quien lo esperaba sentada en aquel elegante sillón con una expresión seria.
-Inoo-chan, tardaste mucho-
Dijo en tono de berrinche.
-Lo siento mucho, hoy hay más gente de lo normal y he tenido que pasar por entre toda esa gente-
Le dijo Inoo con una sonrisa seductora mientras tomaba asiento junto a ella, dejando sobre la mesa la botella de vino y las copas.
-Te extrañé mucho, ayer quería verte-
-Lo siento mucho, tuve algunas cosas que hacer, pero ya estoy aquí-
La mujer sonrió y comenzó una larga platica, normalmente le platicaba cosas sin mucha importancia, a veces esto lo aburría, pero no había alternativa, después de todo era su trabajo.
Dos horas transcurrieron hasta que la señora Fujimori, ligeramente pasada de copas, decidió que era el tiempo para retirarse, lo cual estaba bien para Kei, por alguna extraña razón comenzaba a fastidiarse de su presencia, era la primera vez que se sentía así con una cliente, normalmente no sentía absolutamente nada.
-Kei-chan ¿Nos veremos mañana cierto?-
Ante tal pregunta deseaba responder con un “Espero que no” pero no podía decir eso, así que solo sonrió lo mejor que pudo ¿Por qué se sentía tan fastidiado?
-Por supuesto-
La mujer sonrió, como de costumbre le dejó dinero sobre la mesa y salió un poco tambaleante de aquella sala.
Kei se sentía hipócrita, pero no había nada más por hacer, pensó que tal vez se debía a que la platica no era nada interesante, tal vez y con otras clientas pudiera relajarse y hacer bien su trabajo.
Salió de aquella sala y se topó con un mesero, al cual le dijo sin mirarlo a la cara.
-Ve a recoger lo que hay en la mesa, ya terminé aquí-
-De acuerdo-
Al escuchar esa voz se detuvo, puesto que ya había avanzado un par de pasos, estaba conciente de que conocía esa voz a la perfección a pesar de tener casi 24 horas de haberla escuchado, era imposible, sin embargo se giró para comprobarlo y observó a aquel mesero.
-Imposible…-
Dijo para sí mientras continuaba perplejo.
-¿Sucede algo?-
-Daiki… ¿Pero que…? ¿Qué haces aquí?-
El menor sonrió ampliamente y respondió.
-No lo sé, solo estoy seguro de que no iba a aceptar lo que dijiste anoche al despedirte-
Kei no dijo nada, aún le resultaba difícil aceptar que Daiki estaba ahí.
-Bueno, tengo trabajo-
Dicho esto, Daiki se disponía a continuar con su camino, pero Kei lo tomó del brazo y le dijo.
-¿Tu eres el nuevo?-
Dentro de su confusión trató de reaccionar para hacer esa pregunta.
-Bueno, supongo que si, vine esta tarde y me dijeron que si me podían dar el empleo-
Kei estaba confundido, sorprendido y extrañamente feliz, después de digerir estas emociones miró disimuladamente a su alrededor.
-Ven conmigo-
Le dijo en voz baja y lo jaló del brazo solo para llevarlo a aquella sala de la que acababa de salir, cerró la puerta y soltó a Daiki, caminó en círculos confundido, buscando las palabras adecuadas, no lograba pensar con claridad.
-¿Me puedes explicar qué haces aquí?-
Preguntó mientras se detenía.
-Trabajo-
Respondió Daiki con normalidad.
-Tú no necesitas trabajar ¿Por qué estas aquí?-
Daiki respiró profundo y respondió.
-Porque quería verte de nuevo…-
Kei se quedó en silencio, no podía creer lo que acababa de escuchar.
-No… no puedes… no puedes decir eso… te lo dije, no puedes confiar en mi, solo mira el lugar en el que trabajo, tu no puedes estar aquí solo por mí-
Le dijo con desesperación, intentaba comprender sus propios sentimientos, no iba a negar el hecho de que Daiki estuviera ahí solo por el lo hacía sentirse feliz, sin embargo era una tontería.
-Yo pienso que no voy a dejar que esto termine así… ese fue… el mejor regalo de cumpleaños que jamás he recibido… me hiciste sentir diferente… creí que tu también sentías lo mismo-
La mirada de Daiki se tornaba triste al decir estas últimas palabras, Kei no lo quería aceptar pero lo que aquel beso provocó en su interior era algo indescriptible, ¿Cómo podía ser posible eso?
-Daiki… ¿Quién rayos eres?-
Preguntó mientras se acercaba lentamente al menor hasta estar a escasos centímetros de distancia.
-Eso mismo me pregunto… es la primera vez que yo… me siento así por alguien…-
Daiki miraba fijamente a Kei, ambos se sentían tan absortos en la mirada del otro que olvidaron por completo el lugar en el que se encontraban.
-No tenías por qué venir aquí a trabajar, imagino que nunca haz trabajado así ¿cierto?-
Daiki sonrió torpemente.
-Pero de cierta forma, es divertido-
-Claro que no lo es-
-Entonces si no es divertido ¿Por qué estás aquí?-
Preguntó Daiki con curiosidad, Kei desvió la mirada y respondió.
-Hace poco dejo de ser divertido…-
-¿Por qué?-
-Porque tú estas aquí-
Respondió Kei mirando a Daiki fijamente a los ojos.
-¿Eh?… ¿Quieres decir que-
-No quiero que estés aquí-
La seriedad con la que Kei decía estas palabras le provocaron un fuerte dolor a Daiki en el pecho.
-Pero…-
-No quiero que las clientas te vean, no quiero que nadie te vea, que nadie te toque-
Era cierto, el tan solo pensar que llamara la atención de alguna clienta y que comenzara a coquetear con él y por ser su trabajo Daiki terminara aceptando lo hacia sentirse molesto, no quería presenciar algo así.
Dicho esto, de pronto abrazó a Daiki pegándolo suavemente a su cuerpo, sintiendo como su cuerpo se tensaba ante tal acto.
-Aún no logro comprender lo que esta sucediendo, no entiendo por que anoche te besé… solo sé que no me siento arrepentido de eso-
Al escuchar esto, Daiki sonrió, pudo sentir como sus mejillas se tornaban ligeramente rojas, entonces, abrazó de vuelta a Kei, rodeando con sus brazos la cintura del mayor al mismo tiempo que recargaba su cabeza sobre su pecho.
-Yo tampoco entiendo que es esto, pero de algo estoy seguro, por alguna razón nos conocimos anoche, es por eso que no podía dejar esto así, por eso es que estoy aquí-
Torpemente Kei esbozó una amplia sonrisa, de pronto alguien tocó a la puerta.
-¿Aún hay alguien ahí?-
Escucharon decir al otro lado de la puerta, era la voz del jefe, ambos se sorprendieron y de inmediato se separaron, después la puerta se abrió.
-¿Qué hacen ustedes dos aquí?-
-Lo siento, es que… él me… me pidió algunos consejos… si, unos consejos, y le estaba ayudando, eso es todo, pero ya terminamos-
Sonrió Kei de forma nerviosa mientras miraba a Daiki.
-Si, es cierto, muchas gracias, tomaré en cuenta todo, ahora debo irme-
Dicho esto, Daiki tomó rápidamente las copas y la botella de vino que se encontraban sobre la mesa de cristal y salió de aquella sala rápidamente.
-Así que ya conociste al nuevo, bueno pues ya sabes quien es, ahora mejor acompáñame que tienes más clientas-
-Si señor-
Respondió Kei sonriente mientras caminaba detrás de su jefe.

La noche transcurría lentamente, Kei casi no le prestaba atención a sus clientas, estaba distraído, esperaba que nadie fuese a pedir o intentar conversar con Daiki, estaba preocupado, deseaba que la noche terminara pronto para así salir y dejarle claro que no volviera.
-¿Sucede algo Inoo-chan?-
Preguntó su tercera clienta al notar la mirada perdida de Kei.
-Ah… lo siento, perdóname, estoy un poco distraído-
-¿En que piensas? Seguramente estas pensando en alguien más, eso no es justo-
Reprochó la señora mientras le daba un suave golpe a Kei en el pecho.
-¿Cómo puedes creer que estoy pensando en alguien más cuando estoy contigo? Vamos, no te sientas así y mejor continúa diciéndome que paso después de que tus feas amigas te dijeron que no volvieras aquí para verme-
Kei acarició coquetamente el rostro de aquella clienta, haciéndola sonreír y que continuara con su relato.

Por otro lado Daiki sentía curiosidad por saber que tanto hacia Kei con cada clienta que llegaba en aquella sala, era algo que lo inquietaba mucho, no estaba seguro si no estaban haciendo algo más que platicar, siempre se encerraban con él en aquella sala, eso no le gustaba, tenía unas ganas incontenibles de entrar y sacar a Kei de ahí, sin embargo no podía hacerlo, después de todo era su trabajo y estaría en problemas serios si lo perdía por su culpa.
-¿Cansado?-
Le preguntó Yamada al verlo sentado en uno de los banquillos frente a la barra con expresión pensativa.
-No… bueno, un poco…-
-Descuida, ya casi terminamos, ya son casi las tres-
Daiki se sorprendió.
-¿Las tres de la mañana?-
-Si-
Respondió Yamada extrañado.
-No puede ser… van a matarme…-
Dijo en voz baja.
-¿Quién va a matarte?-
-¿Eh?… Ah… nadie… fue un decir…-
Estaba nervioso, no había avisado que llegaría tan tarde, y con lo histérico que era su padre ya podía escuchar su larga platica.
-Ya vamos a cerrar, ayuden a limpiar-
Indicó el jefe mientras despedía a la última clienta.
-¿Ves? Te lo dije, anda, vamos-
Le dijo Yamada mientras lo tomaba del brazo y se lo llevaba, mientras tanto, Daiki buscaba con la mirada a Kei, deseaba verlo para al menos despedirse de él, pero no lo veía por ningún lado.
“-¿Ya se habrá ido?”-
Pensó mientras ayudaba a limpiar una de las mesas.
-Rápido chicos, es hora de irnos-
Dijo el jefe mientras cerraba la puerta principal y apagaba las luces de afuera.
-Recoge los vasos de la mesa seis por favor-
Le pidió Yamada mientras llevaba un montón de copas en su bandeja-
-Si-
Asintió mientras se daba prisa, poco después todos comenzaban a ir a los vestidores para alistarse y así poder irse.
Daiki se quitó el uniforme y volvió a ponerse su ropa, necesitaba llamar a casa, decir que llegaría tarde, seguramente su padre lo estaba esperando despierto y eso lo asustaba un poco.
“-Creo que debería llamar a casa…-”
Pensó mientras terminaba de cerrar aquel casillero.
-Nos vemos mañana-
Se despidió Yamada con una amplia sonrisa.
-Si, hasta… mañana…-
A decir verdad no estaba seguro de poder salir al día siguiente, a pesar de tener ya veinte años, su padre era demasiado sobre protector.
-¿Qué haces aquí?-
Se escuchó decir a Yamada no muy lejos de la puerta trasera, Daiki se asomó curioso.
-Vine por ti, te acompañaré a casa-
-Te dije que no tienes que venir por mi siempre, ¿Qué no tienes cosas que hacer? Además ve la hora que es, deberías estar durmiendo Takaki-
Se quejó Yamada mientras salía y comenzaba a caminar.
-Si, ya sé lo que piensas, dame eso-
Le dijo mientras caminaba a su lado y le quitaba la maleta que llevaba con sus cosas.
Daiki los observó fijamente, era extraño pero parecía haber algo especial entre ambos.
-Nos vemos mañana-
Se despidieron más chicos, fue entonces cuando Daiki cayó en la cuenta de que Inoo no estaba por ningún lado, ¿Acaso ya se habría ido? Aunque no recordaba haberlo visto salir de aquella sala.
-¿Seguirá ahí?-
Se dijo en voz baja mientras salía de los vestidores sigilosamente para que el jefe no lo viera y observó detenidamente la lejana sala especial.
No podía continuar ahí dentro con alguna clienta, todas ya se habían marchado, ahora el lugar estaba en silencio, solo alumbrado con la luz que provenía de la barra, una luz tenue, mientras más avanzaba más inquieto y nervioso se sentía, rogaba por no ver una escena en particular entre Kei y otra persona.
De pronto, escuchó como alguien cerraba la puerta trasera, pero eso no lo hizo detenerse, y al llegar a aquella sala giró la perilla con lentitud, abrió sigilosamente pero cerró con fuerza sus ojos, al no escuchar absolutamente nada, comenzó a abrirlos lentamente, hasta poder distinguir el cuerpo de Kei recostado sobre aquel sillón. Entró silenciosamente, cerró la puerta y se acercó, lo observó detenidamente.
-Esta dormido-
Murmuró al ver como respiraba lentamente, lucía realmente cansado, en ese momento se olvidó por completo de llamar a casa, ahora eso no importaba, tenía que hacer algo, no podía quedarse dormido ahí.
-Inoo-kun…-
Dijo mientras lo movía un poco, esperando poder despertarlo de esta forma, lo cual dio resultado, Kei comenzó a abrir lentamente sus ojos, al ver a Daiki se sorprendió y torpemente miró a su alrededor mientras se reincorporaba.
-¿Qué… que haces aquí?-
Preguntó, al parecer estaba desorientado.
-Ya es la hora de cerrar ¿Piensas quedarte aquí el resto de la noche?-
Aún más confundido, Kei miró a su alrededor, ¿En que momento se había quedado dormido? Bueno, ahora que lo recordaba, justo con la última clienta comenzó a sentirse demasiado cansado y a bostezar con frecuencia, justo cuando ella se fue se desplomó sobre el sillón, pensó en cerrar sus ojos solo unos segundos pero sin querer cayó profundamente dormido.
-¿Ya se fueron todos?-
Preguntó Kei, en forma de respuesta Daiki solo asintió con la cabeza.
-Tengo que ir a cambiarme-
Dijo torpemente mientras se ponía de pie y salía de aquella sala, Daiki solo sonrió y lo siguió.
-¿Vives lejos de aquí?-
Preguntó Daiki curioso mientras se detenía en la entrada y se recargaba en el marco de la puerta.
-A unas cuantas calles, sería una verdadera molestia si viviera lejos-
-Tienes razón-
-¿Y tú? ¿Van a venir por ti cierto?-
Preguntó Kei mientras salía y se ponía bien su chaqueta.
-Ah… lo olvidé…-
-¿Qué olvidaste?-
-No avise en casa que llegaría tan tarde… ni siquiera le dije al chofer que me recogiera… estoy muerto…-
Dijo con pesadez mientras se frotaba el rostro.
-Si quieres… puedes venir a mi departamento, no es la gran cosa, no es lujoso pero supongo que no te vendría mal ahora ¿no lo crees?-
Kei intentaba ocultar su rostro avergonzado, sin embargo en el fondo deseaba que Daiki aceptara la propuesta.
-Gracias, supongo que no tengo otra alternativa, digo, después de todo mi casa esta muy lejos de aquí y ya es… tarde…-
Respondió Daiki con cierto nerviosismo, el cual hizo sonreír a Kei.
-O más bien es muy temprano, son casi las cuatro de la mañana, depende de cómo quieras verlo-
-Tienes razón-
Ambos sonrieron, Kei tomó su pequeña maleta y abrió la puerta trasera.
-¿No olvidas nada?-
Le pregunto a Daiki.
-No traje nada en especial, solo mi ropa-
-Bien, entonces vámonos, estoy cansado-
Así, ambos salieron de aquel club, caminando por las calles desiertas.
-Vaya, así que es así como luce una ciudad deshabitada-
Dijo Daiki mientras frotaba sus manos, el frío de la madrugada era un poco fuerte.
-No esta deshabitada pero… puedes caminar con más tranquilidad, puedes hacer tonterías y nadie te vera raro-
Sonrío Kei mientras metía sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
-Tienes razón, dime ¿Lo has intentado antes?-
-¿Intentar qué?-
-Hacer algo tonto, tú mismo lo dijiste, puedes hacerlo, nadie podrá verte de forma extraña-
Sonrío Daiki mientras pasaba corriendo la calle para llegar a la otra acera, desde ahí miró fijamente a Kei.
-¿Pero que haces? No te desvíes de esa forma o vas a perderte-
-¡¡No puedo escucharte!! ¡¡Habla más fuerte!!-
Gritó Daiki mientras sonreía, esto también hizo reír Kei.
-¡¡El que no haya gente afuera no significa que la gente que esta durmiendo no va a escucharte!!-
Le gritó Kei.
-¡¡Pero es divertido!!-
Kei sonrió ampliamente mientras se cruzaba de brazos a observar fijamente a Daiki.
-¡¿Qué es lo que quieres hacer ahora?!-
Le preguntó Kei con curiosidad, Daiki pensó un poco.
-¡¡Veamos quien llega primero a aquel semáforo!!-
Dicho esto, Daiki comenzó a correr rápidamente.
-¡¡Hey!! ¡¡Espera!!-
Kei comenzó a correr también, ambos en aceras contrarias, mientras corrían, no podían evitar el sentirse extraños, diferentes, como si desde aquella noche algo en su interior hubiese cambiado.
-¡Voy a ganarte!-
Gritó Daiki mientras aceleraba el ritmo.
-¡No te creas tanto niño rico!-
Así, Kei también comenzó a correr más rápido, después de unos minutos, ambos llegaron a la siguiente esquina, deteniéndose para comprobar quien había llegado primero.
-¡Es un empate!-
Grito Daiki mientras cruzaba la calle y llegaba hacia donde Kei estaba.
-Yo… llegué… un segundo… antes… que tú…-
La respiración de Kei estaba demasiado agitada, hace mucho tiempo que no corría de esa forma por lo que le costaba trabajo recuperar el aliento, así que se inclinó un poco solo para recargar sus manos sobre sus rodillas mientras respiraba agitadamente..
-Claro que no, llegamos al mismo tiempo-
Dijo Daiki mientras se cruzaba de brazos.
-Además estas mucho más cansado que yo, no tienes condición así que no es probable que tú hayas llegado antes, no intentes hacer trampa-
Fue así como Daiki le dio una palmada en la espalda.
-Esta bien, solo era una broma-
Respondió un poco más repuesto.
-¿Verdad que fue divertido?-
Preguntó Daiki mientras sonreía.
-Bueno, no voy a negar que me divertí, es la primera vez que hago esta clase de cosas saliendo del trabajo-
-¿Siempre sales a esta hora?-
-Si-
-¿Cuánto tiempo llevas trabajando en ese lugar?-
Preguntó Daiki con curiosidad, fue entonces que Kei comenzó a recordar, haciendo cuentas… ya iba a cumplir cuatro años dentro de aquel estilo de vida, ¿Tanto tiempo?
-Cuatro… años-
Respondió mientras desviaba la mirada.
-Vaya… y… ¿No has pensado en hacer otra cosa?-
-A decir verdad nunca se me había ocurrido algo así, supongo que ya estoy acostumbrado a esto-
Respondió Kei mientras comenzaba a caminar, torpemente Daiki le dio alcance.
-Te debe gustar mucho tu trabajo para que no quieras dejarlo, seguramente te gusta estar rodeado de todas esas mujeres-
Comentó Daiki en tono de broma, sin embargo Kei solo se detuvo y bajó la mirada.
-Eso… ya no lo sé…-
-¿Eh?-
-Ya no sé si realmente me gusta este trabajo o es solo que estoy tan acostumbrado a venir cada noche que no puedo dejarlo-
-¿Eh? Así que solo lo haces por costumbre…-
Ante tal comentario, Kei dejó escapar una sonrisa fingida.
-No sé, es posible que sea solo eso, de todas formas no puedo dejarlo ahora, no creo encontrar un trabajo en donde gane así de bien-
-Debe haber uno, es solo que no lo has buscado-
Estas palabras hicieron que de pronto Kei recordara lo que Takaki le había dicho.
“-No tengas miedo, tarde o temprano ibas a encontrar a alguien, debes tener a alguien para amar y que te ame, solo debes buscarlo-”
-¿Buscarlo?-
Dijo en voz baja mientras su mirada se clavaba en el rostro de Daiki.
-¿Por qué no lo intentas?-
-Supongo que… tienes razón-
Esta vez Kei sonrió con más tranquilidad, caminó lentamente hacia donde Daiki se encontraba y lo abrazó con ternura-
-¿Podrías darme una razón… para buscar?-
Daiki se confundió ante tal pregunta, era claro que ahora Kei pensaba más en las palabras de Takaki que en la cuestión de buscar trabajo, pero eso Daiki no lo sabía.
-Bueno… ya no tendrás que trabajar de noche y… puedes conocer otro tipo de ambiente-
Kei sonrió y abrazó con un poco más de fuerza a Daiki.
-Tienes razón… no sé por qué pero creo que ya… encontré lo que buscaba, y suerte que no tuve que buscar demasiado-
-¿Qué quieres decir?-
Preguntó Daiki confundido mientras se apartaba un poco del cuerpo de Kei solo para ser capaz de verlo a los ojos.
-Me gustas-
Daiki abrió sus ojos de par en par, definitivamente no se esperaba escuchar algo así, de pronto pudo sentir como su corazón latía con fuerza mientras algo le revolvía el estomago, de pronto una sonrisa comenzó a dibujarse lentamente en su rostro.
-¿Lo dices en serio?-
-Nunca he hablado más en serio en toda mi vida-
Dijo Kei en tono seductor mientras le acariciaba el rostro a Daiki.
-¿No será que haces esto siempre con tus clientas?-
Preguntó Daiki con recelo. Kei sonrió.
-Se parece un poco, pero a ellas nunca les digo que me gustan, además…-
Kei se acercó más a su rostro, rozó ligeramente los labios de Daiki y se desvió hacia su oído.
-Nunca las he besado-
-¿Eh? Pero tu dijiste que lo hacías con las clientas especiales… lo dijiste esa noche…-
Kei sonrió de nuevo y regresó para ver a Daiki fijamente a los ojos.
-Eso fue una mentira, en verdad no hago esas cosas con mis clientas, por eso dije que tu eras especial-
-Pero yo no soy un cliente tuyo-
Reprochó Daiki haciendo un puchero.
-Y eso te hace aún más especial, no sabes todo lo que me has hecho dudar, pero ahora he decidido dejar eso a un lado, creo que es el momento de creer que en verdad existe alguien… alguien a quien tal vez pueda llegar a amar-
El rostro de Daiki se torno rojo de inmediato.
-Pero no puedo adelantarme tanto, por ahora solo he sido yo quien ha expresado lo que siente-
Daiki observó la tranquila sonrisa que se dibujaba en el rostro de Kei, era realmente hermoso, no podía ocultar que algo había allí y que pedía a gritos poder salir, así que tomó la iniciativa y besó a Kei, después de todo ambos se encontraban separados a escasos centímetros.
Esto sorprendió a Inoo, pero después de todo, los labios de Daiki, su aroma, su sabor, eran tan agradables que no dudo en acercarlo más a su cuerpo solo para besarlo más profundamente, acto seguido el menor rodeo el cuello de Kei para así ser capaz de profundizar más aquel beso, el cual era tan delicioso para ambos, era increíble que pudieran sentir algo así, sin embargo ahora eso ya no importaba, no tenía caso pensar que solo tenían un día de conocerse, por que después de todo, lo que ahora importaba, es que en este momento estaban juntos, contando con eso, ¿Qué más podría importar ahora?
Lentamente dejaron de besarse, se miraron a los ojos y Daiki dijo con una tímida sonrisa.
-Tu… me gustas-
Kei sonrió y besó la frente de Daiki.
-Solo hacía falta que lo dijeras, sin embargo dentro de mi ya lo sabía-
Daiki abrazó con fuerza a Kei, deseaba con todas sus fuerzas que esto no fuese un sueño, y no lo era, puesto que el frío que pudo sentir sobre su rostro se lo hizo notar.
-Será mejor irnos ahora, hace frío y la gente no tardará en salir de nuevo a la vida normal-
-Sería divertido volver a salir de madrugada, teniendo a esta ciudad solo para nosotros-
Sugirió Daiki mientras se separaba de Kei.
-Bueno, no necesariamente tiene que ser de madrugada para salir juntos-
Dicho esto, tomó la mano de Daiki y comenzó a caminar, este sonrió y no tardó en entrelazar sus dedos con los del mayor, mientras caminaba a su lado rumbo a su departamento.

A la mañana siguiente, mientras Kei preparaba el desayuno, esta vez para dos personas, un ruidito comenzó a escucharse, al parecer era el teléfono de Daiki, este salió rápidamente del baño y respondió.
-¿Si?… ah, lo siento, me quedé en casa de un… amigo… estoy bien… si… descuida, puedo volver por mi cuenta… si, esta bien… adiós-
Kei no dijo absolutamente nada, solo se dedico a servir y acomodar la mesa mientras escuchaba, cuando Daiki terminó de hablar se acercó a la mesa, ahora había un poco de preocupación en su rostro.
-¿Tus padres?-
Preguntó Inoo mientras tomaba asiento frente a él.
-Si… tal parece que me espera una larga charla cuando llegue a casa-
Dicho esto, Daiki dejó escapar un suspiro.
-¿Quieres que te acompañe?-
Daiki sonrió y asintió.
-Pero no será necesario que hables con mis padres, sé bien como manejar la situación, así que no hay problema-
-Claro que hay problema-
Dijo Kei en tono serio, Daiki lo observó sorprendido.
-¿Por qué lo dices?-
-Mentiste, dijiste que te habías quedado con un amigo, ¿Crees que después de todo somos solo amigos?-
Sonrío Kei burlonamente mientras le daba un suave golpe en la frente con uno de sus dedos.
-Pero… ¿Cómo le decía a mi papa que estaba contigo?-
Kei dejó escapar una carcajada ante el avergonzado rostro de Daiki.
-Esta bien, solo quería bromear contigo, mientras tu y yo lo sepamos lo demás no importa, ¿Esta bien?-
Daiki sonrió y asintió con la cabeza, estaba a punto de comenzar a comer cuando pudo sentir que Kei lo miraba fijamente, cuando levanto la mirada se sorprendió mucho al ver su rostro tan cerca del suyo, al parecer Inoo recargó casi la mitad de su cuerpo sobre la mesa para acercarse asó al rostro de Daiki.
-Daiki…-
-¿Sí?-
Preguntó el menor ligeramente avergonzado.
-¿Me dejarás amarte algún día? No creo poder vivir sin ti a partir de ahora, pensándolo bien, no quiero llevarte a tu casa-
Daiki sonrió torpemente.
-Yo también quiero que me ames y amarte de igual forma, te prometo verte todos los días, yo tampoco podré vivir sin ti… con esto ahora… ¿Dejarás de ir al club?-
-¿No quieres que vuelva?-
Preguntó Kei mientras acariciaba su rostro, Daiki solo negó con la cabeza.
-Entonces no iré, tengo que buscar otro trabajo a partir de ahora-
Daiki sonrió, miró fijamente a Kei y ambos se besaron, a partir de ese momento, cada beso que se daban era diferente, especial.
Después de un par de meses, Daiki decidió rentar un departamento junto al de Kei, con el pretexto de querer independencia, mientras tanto, Kei logró conseguir otro empleo, tal vez no con la misma paga que recibía en el club pero lo suficiente para pagar sus gastos.
Ambos se veían todos los días, a veces Kei se quedaba con Daiki o al revés, siempre buscaban la forma de estar juntos, después de todo ambos al fin habían encontrado a alguien para amar.

F I N

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Satommy~ ¿ahora si me perdonaras? LOL Lo hice con muuuchoo cariño lleno de InooDai para ti porque me lo pediste~
A las demas~ ¿Tambien les gusto? :3 espero que si~
Bueno, si, no hice lemmon -u- lo siento por las que lo esperaban pero no sentí que hiciera falta xD de todas formas, gracias por leer este mini-fic~ ahora me largo que tengo cosas que terminar , ya saben, el final de otro fic 8D tengo que aprovechar y ser productiva porque son mis ultimos días de libertad, el 16 me largo a la escuela lol~

martes, 26 de abril de 2011

Nota extra #1

Ya no son notas fangirleras XD bueno, es que esta no es de fangirl! Es algo ahm... extra~ :D
Les cuento~
Hoy me dio la gana vagar por YouTube [Si, ya sé que tengo que escribir, pero necesitaba relajarme y frikear un ratito~] Después de ver muchos videos de Tsubasa [el anime que me muero por leer el manga xD] estuve viendo otras cosas, primero me puse a descargar musiquita de mi amadisima Maaya Sakamoto [si, la amo! tiene una voz hermosa! *O*] y después no se como rayos llegue a Ayaka, entonces recordé "¿Acaso esta no es la tipa que se caso con Mizushima Hiro?" y entre que no me acordaba bien, recurrí a la sabuduría de Wikipedia~ ahi siempre estan todas las respuestas [No! no es publicidad!] y si, efectivamente, es ella ¬¬ y después de decir, bueno, no la he visto bien, veamos que tal esta, y pues me regrese al tubo [YouTube] y vi el video de su primer sencillo "Mikazuki" y he de aceptar que tiene una bonita voz, es una linda canción y bueno~ ya! tiene talento la señora!! [si! ya es señora ¬¬ la señora de Hiro ;O;]
Mientras regresaba a curiosear su biografía en Wikipedia, solo para restregarme más en la cara que esta casada con Mizushima, vi algo que wow! al principio me sorprendió pero después de todo no me extraña -u-
Les cuento el chisme~ resulta que una cantante Mexicana, de nombre Mariana Ochoa [OV7] ¡¡Canta esta canción!! fuck! casi agarro a mi almohada a golpes, pero no~ me contuve, respiré y que corro al tubo [YouTube] a ver que case de cosa había hecho esta mujer con tan bella canción, rogue, suplique e implore que no fuera en tono norteño, reguetonero o pop, porque la canción original es una balada :3 entonces voy~ y lo encontré, y bueno, no es una total porqueria, ¡Gracias a dios! respetaron el ritmo, la melodía y todo eso, lo cual me aliviano un poco, después comencé a escucharla y ¿Saben que pensé?
"Jaja esto es un FanDub!!" Bueno -u- eso parece, pero sé que no lo es porque para colmo~ fue tema de una novela de TVAzteca LOL osea~ ¿Qué onda con sus titulos? ["La hija del Jardinero"] Puff!! con solo el titulo ya me da algo~ lol
Pero bueno, les dejo las dos versiones, en lo personal no me quejo mucho, en español la letra es linda, y con la misma balada parece fandub XD pero bueno~
¿Ustedes que opinan?

Ayaka - Mikazuki



Mariana Ochoa - Luna Llena




Bueno pues~ este fue mi debraye~ espero y mi detallada historia no las haya asustado xD pero tenía ganas de explicar como llegué a esto~ :3
Ahora si me largo, que tengo cosas que hacer~ :D Comenten mucho~ *O*

lunes, 25 de abril de 2011

En tus manos [Cap. 11]

Capitulo 11

El tiempo había transcurrido, ya era casi de noche, poco faltaba para que todo estuviese completamente obscuro, fue entonces que lentamente Ryosuke despertó, al ver que Yuto se encontraba profundamente dormido tuvo cuidado al momento de salir de la cama, trato de hacerlo con cuidado, no deseaba despertarlo.
Se sentía extraño, diferente, no podía creer aún lo que acababa de suceder entre los dos, así que entro al baño y mojó su rostro, se miró fijamente al espejo, recordó aquel día que se había encerrado en su habitación y que Yuto había entrado desesperado pensando que algo malo le había sucedido tras haber golpeado con su puño el espejo que se encontraba justo en aquel lugar.
Inevitablemente recordó las razones por las que Yuto estaba ahora en su casa, el trato que existía, el tiempo que se agotaba… no sabía que sucedería ahora, estaba conciente de que deseaba, con todas sus fuerzas que Yuto se quedara a su lado, que no tuviera que marcharse nunca, pero tampoco olvidaba el propósito del menor, salvar a su preciado amigo.
-Y entonces yo… tengo que hacerme a un lado…-
Dijo en voz baja, se miró nuevamente al espejo, sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas cuando escuchó un suspiro proveniente de Yuto, se había despertado.
-¿Yamada? ¿Estas ahí?-
Al escuchar a Yuto hablar, limpió rápidamente sus ojos y salió del baño, en cierta forma le avergonzaba andar completamente desnudo, pero le preocupaba más que Yuto notase aquella tristeza.
-Si, sigo aquí-
Respondió mientras regresaba a la cama.
Al estar junto a Yuto trató de sonreír, sin embargo su mirada continuaba con esa preocupación, pensando en que tarde o temprano Yuto se marcharía a cumplir su objetivo.
-¿Sucede algo? Luces diferente-
Preguntó Yuto mientras acariciaba suavemente su rostro.
-No, todo esta bien-
Dijo tranquilamente.
-¿Estas seguro?-
Al parecer Yuto no estaba convencido de que eso fuera cierto.
-Si… todo esta… bien-
Imposible, no podía ocultarlo, era complicado, un nudo se había formado en su garganta y eso complicaba más las cosas. Al notarlo, Yuto tomó el rostro de Ryosuke con ambas manos y le dijo.
-¿Qué sucede?-
Al sentir la respiración de Yuto tan cerca de su rostro, cerró los ojos y respiró profundamente.
-No quiero que te vayas-
Dijo en voz baja.
-No voy a irme ahora-
Respondió Yuto con una sonrisa, sin embargo Ryosuke no sonrió y agregó.
-No quiero que te vayas nunca… te quiero aquí… para siempre…-
En ese momento abrió los ojos y pudo ver como la sonrisa de Yuto se desvanecía lentamente.
-¿No vas a quedarte cierto? Eso lo sé, después de todo no estoy… dentro de tus planes de vida… pero dime ¿Qué piensas hacer con esto que siento ahora por ti? Simplemente vas a abandonar-
Ryosuke no pudo terminar de hablar puesto que fue interrumpido por Yuto, quien ahora lo besaba dulcemente.
Torpemente logró reaccionar y justo comenzaba a corresponder aquel contacto cuando Yuto dejó de besarlo, ahora mirándolo fijamente.
-Es verdad que no contaba con esto, sin embargo, debes comprender que lo que planeo hacer no puede incluirte, es peligroso, es probable que si regreso a esa casa… no pueda volver a salir-
-¡Entonces no regreses!-
Exclamó Ryosuke mirando a Yuto con desesperación.
-Ya te expliqué… tengo que hacer algo por Yabu… es mi amigo-
Yamada bajó la mirada, estaba derrotado.
-¿Y entonces yo que soy?-
Yuto sonrió y besó la mejilla del mayor.
-Eres… la persona a quien no hace mucho acabo de decir que amo, así que por esa razón, haré todo lo posible, todo, absolutamente todo para volver por ti-
Tímidamente Ryosuke miró a Yuto nuevamente, el cual le sonreía con ternura.
-Te lo dije, me tienes en tus manos, no puedo escapar de ti tan fácilmente-
Ryosuke sonrió aún más ante este comentario y se aferró al cuello de Yuto, abrazándolo con fuerza, hundiendo su rostro entre su cuello y su hombro, respirando el agradable aroma que se desprendía de la piel del menor.
-¿En verdad pensabas que iba a dejarte después de lo que ha pasado?-
Preguntó Yuto mientras abrazaba de vuelta a Ryosuke y sonreía, el mayor no respondió y solo movió su cabeza afirmativamente.
-Bueno, ahora ya sabes que no es así, pero aún así tendrás que darme tiempo, necesito encontrar la manera de solucionar aquel problema-
Lentamente Ryosuke se separó del cuerpo de Yuto y lo miró más tranquilo.
-Esta bien, haz lo que tengas que hacer, pero no te atrevas a olvidarte de mi porque nunca te lo voy a perdonar, ¿Haz entendido?-
Aquel tono mandón y autoritario había vuelto, el Ryosuke de siempre.
-Entendido-
Al decir esto, sonrió, era inevitable no expresar aquella felicidad que sentía, de pronto, alguien tocó a la puerta y ambos chicos se quedaron sorprendidos sin saber que hacer.
-¿Qué quieres?-
Gritó Ryosuke.
-Joven, alguien lo busca, dice que es algo importante y lo esta esperando en el vestíbulo-
Ryosuke se confundió, no tenía idea de quien pudiera estarlo buscando.
-¿Quién es esa persona?-
Gritó Ryosuke aún sin salir de la cama.
-No me dijo su nombre, solo me dijo que era algo urgente-
-Esta bien, bajo enseguida-
Dijo al mismo tiempo que salía de la cama.
-¿Quién puede ser?-
Preguntó Yuto al ver que Ryosuke no tenía idea de quien pudiera estar buscándolo.
-Eso lo voy a averiguar, necesito vestirme-
Dijo mientras caminaba hacia una puerta que se encontraba cerca del baño y entró, dejando la puerta abierta, mientras tanto Yuto se ponía de nuevo su uniforme.

Mientras tanto, justo afuera de la casa de la familia Yamada, alguien se encontraba dentro de un auto, al parecer esperando.
-Que el juego comience…-
Esa persona era Yabu, miraba sonriente su reloj, después giro su cabeza para ver la gran mansión en donde sabía que Yuto estaba.
-Tu castigo inicia ahora-
Sonrió de nuevo y se dispuso a esperar.

Al llegar al vestíbulo, observó a un chico desconocido, estaba de pie frente a la puerta.
-¿Quién eres?-
Preguntó Yamada mientras mantenía su distancia.
-¿Tu eres… Yamada Ryosuke?-
Preguntó aquel chico con una sonrisa extraña.
-Si… ¿Qué quieres?-
Preguntó con seriedad.
-Mucho gusto, tu no me conoces, pero sé que aquí vive un tal Yuto Nakajima-
Yamada se sorprendió ante tal respuesta.
-¿Si buscas a Yuto para que dices que quieres verme con urgencia?-
Aquel chico solo sonrió nuevamente y dijo.
-Porque hay algo que quiero decirte, pero es algo… privado-
Ryosuke miró a aquel sujeto con sospecha, llevaba ambas manos detrás, al parecer trataba de ocultarlas.
-Si tienes algo que decir hazlo ahora, no tengo tú tiempo-
Dijo con fastidio.
-Será rápido-
Dicho esto, aquel sujeto avanzó hasta estar frente a Yamada, los separaban escasos centímetros, era más alto que el, se inclinó un poco solo para susurrarle al oído.
-Eres un niño malo, mira que dejar a un extraño entrar en tu casa, pero descuida, no es nada personal en tu contra, solo hago mi trabajo-
Al escuchar tales palabras, Yamada no tuvo tiempo de reaccionar puesto que rápidamente aquel sujeto le cubrió la nariz y la boca con un pañuelo, trató de forcejear pero era inútil, poco a poco sus fuerzas se desvanecieron hasta que de pronto todo se volvió obscuro y cayó inconciente.
Como pudo, aquel sujeto miró sigilosamente a su alrededor, dejó un sobre con las palabras “Para Yuto” encima de un mueble no muy lejos de la puerta, hizo una señal y aquella criada se acercó a ellos, entre ambos cargaron a Ryosuke y salieron sin ser vistos de la casa.
En la entrada, tras pasar la reja con habilidad, Yabu los esperaba en aquel auto.
-Listo, vámonos ahora-
Le indicó aquel sujeto y Yabu arranco para salir a toda velocidad en dirección a un lugar desconocido mientras que la otra chica se encargaba de atar a Ryosuke de manos y pies mientras se encontraba inconciente.

Yuto salio de la habitación de Ryosuke después de unos minutos, deseaba esperar al mayor dentro, pero estaba tardando, además de que tenía curiosidad de saber quien lo buscaba con tal urgencia.
Bajó lentamente por las escaleras y miró a su alrededor, no se escuchaban voces en ninguna dirección, caminó en dirección a la sala pero nada, estaba vacía, así que regresó y echó un vistazo en el vestíbulo, pero nada, no había absolutamente nadie.
-¿Habrá salido?-
Se preguntó mientras miraba a su alrededor, de pronto una de las sirvientas pasó a su lado así que decidió preguntarle si acaso sabía algo.
-Disculpa, ¿sabes en dónde esta Yamada-kun?-
-Debe estar en su habitación, joven-
Respondió la chica con seriedad.
-No, alguien vino a buscarlo, creí que estarían por aquí pero no es así-
-Entonces no sé en dónde pueda estar, lo siento mucho-
-¿Acaso no sabe quien vino a buscarlo?-
Preguntó Yuto con curiosidad.
-No, a decir verdad no estaba informada de que hubieran visitas-
Esto extrañó a Yuto, debía encontrar entonces a la sirvienta que había recibido a esta persona.
“-Pero antes… debo buscar al mayordomo-”
Pensó, después de todo la persona quien recibía a todas las visitas, sin excepción era él.
Llegó a la entrada principal y miró a su alrededor, el mayordomo no estaba por ningún lado, esto era muy extraño, miró con más detenimiento y logro ver algo, parecían unos zapatos, al parecer salían de aquel rincón, caminó lentamente y al estar cerca pudo observar el cuerpo inconciente del mayordomo. A Yuto se le puso la piel de gallina, al mismo tiempo que comenzaba a sudar frío, no tenia un buen presentimiento, tenía que hacer algo.
-¡¡Alguien venga!! ¡¡Rápido!!-
Gritó con fuerza mientras trataba de ver si aquel señor continuaba respirando.
-¿Qué sucede?-
Preguntó una de las sirvientas.
-Llama a una ambulancia, rápido, algo ha sucedido ¡Tienen que encontrar a Ryosuke rápido!-
-Si joven-
Dijo la sirvienta asustada al ver el cuerpo inconciente del mayordomo, mientras tanto Yuto estaba nervioso, no era posible, tenía un mal presentimiento, trató de calmarse y pensar las cosas, caminó en círculos por el vestíbulo hasta que algo llamó su atención, no recordaba haber visto ese sobre antes. Lentamente se acercó hasta que pudo ver su nombre escrito en aquel sobre.
-Es para mi…-
Con manos temblorosas logró tomar el sobre, lo observó detenidamente, algo no andaba bien, su estomago comenzó a dolerle, tenía un muy mal presentimiento.
Aún temblando, logró abrir el sobre y sacó de el una hoja, en la cual había escrito lo siguiente:

“Me he llevado a tu preciado amigo, si quieres verlo con vida debes de traer dinero, solo te pido la cantidad de $100,000
Esa familia lo que le sobra es el dinero, así que tienes que traerlo, te dejaré la dirección, tienes hasta la media noche, ven tú solo.”

Más abajo venía la dirección, Yuto estaba asustado, no podía creerlo, no deseaba creerlo, ¿Quién haría algo así? ¿Por qué?
De nueva cuenta volvió a leer aquella nota, no era ninguna broma, estaba asustado, no quería que nada malo le pasase a Ryosuke, tenía que hacer algo, pero ¿De dónde iba a sacar el dinero?
De pronto, la ambulancia llego y los paramédicos entraron en la casa, guiados por las sirvientas.
-¿Sabes que ha pasado?-
Preguntó un inspector de policía quien miraba fijamente a Yuto.
-Yo… yo… no lo sé… Ryosuke…-
Dijo para sí, tenía que ir por él, intentó moverse, pero antes de salir corriendo el inspector lo tomó por el brazo y le quito aquella nota.
-Es un secuestro, tu vienes conmigo, tengo preguntas que hacerte-
Yuto observó a aquel inspector, sabía que debía ser cuidadoso, si averiguaba de donde provenía esto complicaría las cosas, necesitaba moverse, debía ir por Ryosuke lo antes posible.
Yuto y aquel inspector se dirigieron a la sala, tomaron asiento en el sillón y fue el inspector quien comenzó a hablar.
-¿Tú encontraste esto?-
Yuto asintió con la cabeza.
-Tenía mi nombre en el sobre…-
-¿A quien se han llevado?-
-A Ryosuke, el hijo de los Yamada-
Respondió con firmeza.
-¿Tú que eres de ese niño?-
-Yo soy… soy… es mi amigo-
Mintió, después de todo no había necesidad de que el inspector supiera los detalles de su relación.
-¿Tienes idea de quien pudo haber sido?-
Yuto negó con la cabeza, era cierto, no tenía idea.

Takaki había perdido de vista a Yabu, estaba preocupado por lo que fuera capaz de hacer, de pronto tuvo un presentimiento, así que comenzó a dirigirse rápidamente hacia la casa de Yamada.
-Solo espero estar equivocado…-
Se dijo mientras corría. Al llegar, pudo observar una patrulla de policía y como una ambulancia se marchaba a toda prisa. Respiró profundo, la puerta estaba abierta así que entró, justo al ver a su alrededor, pudo ver a Yuto y a ese inspector conversar en la sala, al escuchar la última pregunta que este le había hecho al menor, caminó de prisa hacia ellos y no dudo en hablar.
-Yuto… ¿Qué ha pasado?-
El menor, al escuchar la voz de Takaki, lo miró sorprendido, este pudo ver como los ojos de Yuto se llenaban de lágrimas y se acercó rápidamente a el.
-¡¡Alguien se ha llevado a Ryosuke!!-
-¿Quién es él?-
Preguntó el inspector mirando a Takaki.
-Es un amigo-
Respondió Yuto mientras intentaba calmarse.
-¿Lo han secuestrado?-
Preguntó Yuya con voz débil.
-Así es, el criminal ha dejado solo una nota dirigida a este jovencito-
Respondió el inspector, fue así como Takaki cayó en la cuenta de quien era el culpable, pero definitivamente no iba a decirlo frente al inspector.
-¿Y que van a hacer ahora?-
Preguntó Takaki refiriéndose al policía.
-Tenemos que contactar a sus padres para ver lo del rescate, iremos con él al lugar que indica la nota y los atraparemos-
Yuto estaba asustado, Takaki pudo notarlo fácilmente así que le dijo.
-Descuida, todo estará bien-
-¿Cómo fue que decidiste venir?-
Preguntó Yuto.
-Bueno yo… pasaba por aquí y vi el alboroto, eso todo-
Mintió, no se atrevía a decirle que seguía a Yabu.
De pronto, una de las sirvientas entró con un gran maletín.
-Los señores dicen que no pueden regresar por ahora, pero aquí esta el dinero del rescate-
-Bien, ahora debemos organizarlo todo-
Dijo el inspector tras analizar el maletín, en efecto, era la cantidad exacta que necesitaban.
-Tengo que ir ahora-
Yuto tomó el maletín, estaba dispuesto a salir pero Yuya lo detuvo.
-No puedes irte así, yo iré contigo-
-Nosotros iremos detrás de ustedes, mantendremos distancia para no levantar sospechas, necesitamos de una clase de señal para entrar en acción-
De inmediato Yuya sacó su teléfono y le dijo al inspector.
-Déme su número, en cuanto sea conveniente le marcare, dejaré que suene una sola vez y después voy a colgar, ¿entendido?-
-Perfecto, estaremos atrás de ustedes-
Dicho esto, el inspector habló por radio con la central de policía y pidió refuerzos. Mientras tanto, Takaki se dirigió a Yuto.
-¿Tienes la dirección?-
Yuto asintió mientras tomaba con fuerza aquella nota con su mano.
-Bien, vámonos-
Así, ambos salieron a paso apresurado de la casa, justo al hacerlo, Yuto miró su reloj.
-Tenemos cuatro horas para el limite, no tengo idea de cómo llegar a este lugar-
Dijo con frustración.
-Descuida, tengo una idea, pero tienes que tener cuidado.
-¿Qué idea tienes?-
Preguntó Yuto.
-Iremos por mi moto, déjame ver la dirección-
Pidió Takaki y de inmediato Yuto le mostró aquella nota.
-Conozco el rumbo, vamos, no hay tiempo que perder-
Yuto asintió y ambos comenzaron a correr, debían regresar a la casa de los Nakajima.

Al llegar a la calle, las rodillas de Yuto comenzaron a temblar.
-Espérame aquí, no tardo-
Le indicó Takaki mientras lo ocultaba detrás de un letrero.
-¿Le dirás a Yabu?-
Preguntó Yuto con mirada suplicante.
-El… no creo que se encuentre, tenía cosas que hacer hoy, pero si lo encuentro lo traeré conmigo-
-Por favor-
Takaki le sonrió amargamente a Yuto, no podía decirle la verdad, bueno, no podía estar cien por ciento seguro de que Yabu estuviese detrás de todo este incidente, sin embargo era algo tan obvio.
Cuando llegó a la casa, trató de entrar con normalidad, se dirigió hacia donde estaba su moto, pero de pronto, uno de sus compañeros se atravesó en su camino.
-¿En dónde esta Yabu?-
Takaki trato de sonar con normalidad al responder.
-No lo sé, debe estar en el bar, como siempre-
-No esta ahí, acabamos de ir a ese lugar, sabemos que anda juntándose con sujetos sospechosos, esta tarde lo vimos conducir una extraña camioneta junto con ellos-
Dijo otro sujeto quien salía de detrás.
-Si lo vez dile que más le vale dejar las cosas claras, no queremos enterarnos que anda trabajando para otro grupo-
Esto estaba mal, realmente mal, ahora Yabu estaba metido en un grave problema, primero se había atrevido a secuestrar a una persona y ahora la policía también estaba involucrada, después sus mismo compañeros comenzaban a dudar de él, no encontraba la forma de ayudarlo.
-Yo sé que Yabu no es esa clase de personas, confíen en él, seguramente vieron mal-
Intentó bromear, pero al parecer no dio resultado.
-Yo confió en mi habilidad para ver las cosas y estoy seguro de lo que ví, lo estamos vigilando, esta perdiendo confianza con nosotros, y si el jefe se entera ten por seguro que va a matarlo por traidor-
-Más te vale no intentar protegerlo Takaki-kun o tu también puedes pagar las consecuencias-
Takaki miró fríamente a aquellos sujetos.
-Yo confío en Yabu, y estoy seguro de que ustedes están mal interpretando las cosas-
Dicho esto, subió a su moto y la encendió.
-¿A dónde irás?-
Preguntó uno de ellos obstruyendo su camino.
-Voy a dar una vuelta, ¿Tiene eso algo de malo?-
Preguntó con fastidio.
-Te vamos a estar vigilando, y si tienes algo que ver con los malos pasos de Yabu, te aseguro que vas a pagar también-
-No digas tonterías-
Dijo con fastidio, encendió el motor, aceleró y se marchó para recoger a Yuto. Estaba preocupado, realmente preocupado, tenía que pensar en algo y pronto, no podía permitir que le hicieran daño a Yabu o que peor aún, lo metieran a la cárcel, tenía que hacer algo para sacarlo de aquel problema, después de todo lo amaba demasiado como para dejarlo abandonado, muy a pesar de que este se negara a aceptar la honestidad de sus sentimientos, tenía que protegerlo.
-Sube ¡Rápido!-
Le indicó Takaki, entonces Yuto salió rápido de su pequeño escondite y montó en el asiento trasero, sujetándose con fuerza de la cintura de Takaki al mismo tiempo que este aceleraba, debían darse prisa puesto que aquel lugar estaba lejos, mientras tanto el tiempo corría.

Un fuerte dolor de cabeza ocasionó que comenzara a recuperar el conocimiento, sentía algo extraño en sus manos y pies, trató de moverse un poco pero le fue imposible, fue entonces cuando lentamente abrió los ojos, miró a su alrededor, lo último que recordaba eran las palabras de aquel sujeto.
“-Eres un niño malo, mira que dejar a un extraño entrar en tu casa, pero descuida, no es nada personal en tu contra, solo hago mi trabajo-”
Después de eso todo era obscuridad.
-Vaya, hasta que al fin despiertas-
Ryosuke miró a su alrededor buscando al dueño de aquella voz, al mismo tiempo pudo observar mejor el lugar en el que se encontraba. Al parecer se trataba de una casa abandonada, completamente en ruinas, todos los vidrios estaban rotos, los muebles desgarrados, como si un animal los hubiera roto, más sin embargo todos esos eran los estragos que el tiempo y el abandono dejaban a su paso.
La única luz que iluminaba aquella habitación, que tal parece se trataba de una antigua sala, era proporcionada por una lámpara.
-¿Quién eres?-
Preguntó Ryosuke con cierto tono de agresividad.
-Tranquilo, no voy a hacerte nada, a menos que te portes bien-
Al escuchar estas palabras, Yamada pudo visualizar a un chico diferente, no era el mismo que había entrado a su casa, este era más delgado y alto.
-¿Por qué me trajiste aquí?-
Preguntó mientras intentaba zafarse de aquel amarre, pero fue imposible.
-Descuida, te podrás ir pronto, solo quiero que Yuto venga, después de haberle cobrado algunas deudas te dejaré ir sin hacerte daño, así que por qué no mejor te quedas callado ¿Te parece?-
Ryosuke miró con furia a aquel sujeto.
-¿Qué te ha hecho Yuto?-
Aquel sujeto rió burlonamente y respondió.
-No es algo que deba contarte, sin embargo ahora que lo mencionas, ese estúpido mocoso no ha hecho más que hacer de mi vida miserable-
-¡Yuto no hace esa clase de cosas!-
Reclamó Ryosuke.
-¡Tú ni siquiera lo conoces! No sabes lo despreciable que es, siempre tomándolo todo, sonriendo como si nada sucediera, desde niño siempre fue igual, ¡Yo tuve que cuidarlo por que mataron a su madre! ¿Y yo que culpa tenía? Siempre me castigaban a mi por sus estúpidos actos de bondad, me ha quitado a la persona que más quiero y ahora… yo hago lo mismo-
Al escuchar tales palabras, Ryosuke se quedó pensativo.
-¿Quién eres? No puedes ser… Yabu…-
De nueva cuenta volvió a reír.
-Si, me presento, soy Yabu Kota, mucho gusto, es una pena tener que presentarme en una situación como esta pero era necesario-
-Pero… pero… tú eres su mejor amigo…-
Ryosuke estaba confundido, ¿Por qué Yabu resultaba ser esta clase de persona? Era todo lo contrario a lo que Yuto le había contado.
-El cree que soy su mejor amigo, en un principio tuve esa intensión de serlo, después de todo era un pobre niño, pero con el tiempo, tras ser castigado por su culpa y que él guardara siempre silencio me hizo comprender que no era posible que un mocoso así pudiera tener amigos-
-¡¡Estás equivocado!! ¡¡Yuto jamás haría algo así!!-
Reclamo Yamada con desesperación, estaba completamente seguro de que Yuto jamás actuaría de esa forma, si no, ¿Por qué deseaba salvarlo con tanto anhelo a costa de su vida?
-¡Tú no sabes nada!-
-¡Si no lo apreciabas entonces ¿Por qué lo ayudaste a escapar?-
Una vez más, Yabu rió con fuerza, soltando una burlona carcajada.
-Es una respuesta tan sencilla, porque me estorbaba, y ya que tenía tantas ganas de salir de ahí bueno, le ayude a hacerlo, no tiene a nadie fuera de su casa, sabía que iba a sufrir, moriría de hambre y sin lugar en donde refugiarse, jamás espere que fuera a dar contigo, ¿Te das cuenta que no es nada tonto? Te utilizó para tener un techo, comida y una buena vida-
-Te equivocas, yo lo encontré, yo fui… yo fui quien lo uso… al principio… solo deseaba usarlo para no aburrirme, él siempre me decía que tenía que volver, ¿Sabes por que? ¡¡Por ti idiota!! ¡¡El deseaba volver para salvarte a ti!! ¡¡Estaba dispuesto a sacrificarse para darte la libertad a ti!! Apuesto a que ni siquiera tenías idea de eso, eres una basura ¡No mereces que Yuto ni nadie se preocupen por ti!-
Tras decir estas palabras, pudo sentir un fuerte golpe en su mejilla, Yabu acababa de golpearlo con fuerza.
-¡Tú no sabes lo que dices! Ese niño solo ha pensado en su propio bien-
-¡Estás equivocado! El… siempre ha deseado sacarte de ese lugar… ¡¿Por qué no quieres entenderlo?!-
Yabu se quedó en silencio, algo en su interior analizaba estas palabras, sin embargo se negaba a entenderlo todo, estaba completamente cegado por su tonto deseo de venganza.
-Estoy seguro de que Yuto ha sufrido el doble que tú-
Eso, ya lo había escuchado antes, Takaki le había dicho exactamente lo mismo la otra vez, pero, eso no era posible.
-¿Cómo crees que el hijo del jefe va a sufrir tantos maltratos peores a los que yo viví? No tienes idea de lo que es estar ahí, será mejor que no digas una sola palabra más o voy a tener que buscar la manera de callarte-
Lo amenazó Yabu, sin embargo, a pesar de que sentía su mejilla arder de dolor y el sabor a sangre correr por la comisura de sus labios, no tuvo miedo.
-No puedo creer que Yuto se haya preocupado tanto por alguien como tu, eres de lo peor que puede existir-
Una vez más Yabu lo golpeo, esta vez con más fuerza, sin embargo Ryosuke solo lo miró con frialdad.
-Si dices algo más voy a destrozarte la cara-
Yabu miraba de forma amenazante a Yamada, sin embargo este temblaba de coraje, no era justo que la persona más preciada para Yuto fuera tan cruel, tan llena de odio.

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¿Que tal? Pueden odiarme por haberlo dejado hasta ahí -u- pero tenía que hacerlo, ahora si, preparense por que el siguiente capituo ya es EL FINAL!!!
Y ese estará un poco más largo por que hay que terminar con TODO~ esto incluye el DaiChii para que no se me queden con ninguna duda ¿de acuerdo? :D
Bien, me voy~ espero leer sus lindos comentarios :D llenos de amor y ganas de golpearme por la continuación, me siento aliviada de vivir lejos de todas ustedes XD nadie sabe en donde encontrarme~ lol
Jajajajaajaja okey, me dejo de payasadas, espero y este capi las haya emocionado que se viene ahora si lo mero bueno~ ¿Apoco no soy mala? XD

miércoles, 20 de abril de 2011

[Drabble] 雨の日 (Ame no hi)



Título: 雨の日 (Ame no hi)
Parejas: Takaki Yuya / Chinen Yuri (TakaChii)
Extensión: Drabble [?]
Nota: Pues si, notese que esta a punto de llover, estoy frustrada por que así no puedo salir a dar mi paseo en bicicleta o.ó así que pensé en esto, es mi primer drabble y rompe con las normas que debe llevar un drabble, obviamente tiene más de 500 palabras o.o (tiene 695 lol) pero bueno, yo digo que es un drabble y asi se queda XD


Ame no hi
雨の日

Sé muy bien que no debería estar aquí, sé que pronto comenzará a llover, el cielo se ha nublado, el aroma a lluvia se percibe fácilmente y el viento es bastante frío, me lastima un poco, pero no se compara con lo mal que me siento al no tenerte cerca, te extraño demasiado, ¿Por qué tuve que alejarme de ti?
Camino lentamente, no tengo ganas de apresurar el paso, si llueve que más da, no me importa, desde que no te tengo a mi lado ya nada importa. Extraño tanto tu suave aroma, tus brazos rodeando mi cuerpo, extraño decir tu nombre.
-Yuya…-
Digo en voz baja mientras ocultó bien mi rostro, la gente comienza a verme de forma extraña, odio eso.
Me detengo frente aquel parque, esta vacío, como era de esperarse, las gotas de lluvia no tardan en dejarse caer, y yo estoy aquí, solo, anhelándote tanto a mi lado.
¿Cómo fue que terminamos así? ¿Por qué no me di cuenta de las cosas? ¿Por qué no quise escucharte?
Ahora, siento que es tarde, debí haberte escuchado, ahora me arrepiento, en un principio creí que lo superaría, estaba tan molesto que no pensé que esto llegase a suceder, pero después de saber la verdad, de que todo había sido un error, que Yamada no te había besado, que no había absolutamente nada entre ustedes, me sentí realmente mal, para ese entonces tú ya te habías ido, me enteré que te marchabas a Nueva York, ¿Por qué te fuiste sin decirme nada?
Lentamente tomo asiento en una banca, llenándome de tanta tristeza. Quiero gritar, necesito gritar, no puedo aguantar esta opresión que vive dentro de mi, torpemente miro a mi alrededor, no hay absolutamente nadie, después miro hacia el cielo, es así como una fría gota cae sobre mi rostro, al fin ha comenzado a llover, y con eso, las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, ¿Por qué soy tan idiota?
No puedo contenerme más, a medida que la lluvia aumenta su fuerza aumentan mis ganas de gritar lo mucho que te necesito a mi lado, así, después de que un fuerte relámpago azotara el cielo, dejo salir aquello que ya no puedo contener más.
-¡¡¡Vuelve por favor!!! ¡¡¡Te necesito!!! ¡¡No puedo estar sin ti!! ¡¡Yuya!!-
Tras haber gritado con todas mis fuerzas, las lagrimas salen furiosas de mis ojos, casi no puedo respirar bien, siento que no podré parar de llorar nunca.
-Yuri-
De pronto me detengo, ¿Es mi imaginación? No puede ser… tengo ganas de levantar la mirada y comprobar que no es mi imaginación, pero tengo miedo de que así sea.
-Yuri, por favor no llores así, he vuelto… he vuelto por ti-
Definitivamente no es un sueño, no es mi imaginación, la lluvia sigue cayendo con fuerza, lentamente levanto la mirada, de mis ojos no dejan de salir lagrimas, al fin, eres tu, estas de vuelta y me sonríes amargamente… deseo abrazarte, pedirte perdón, decirte lo mucho que te amo, pero mi cuerpo no se mueve.
-Yuya… ¿Eres tú?-
Pregunto torpemente.
-Yuri-
Dices suavemente, entonces siento como mi cuerpo se llena de energía y me pongo rápidamente de pie solo para correr a tu lado y abrazarte fuertemente.
-Te extrañé tanto, lo siento, en verdad lo siento, perdóname por no creerte ¡¡Yo te amo!!-
Grité con todas mis fuerzas mientras me aferraba con fuerza a tu cuerpo, extrañaba tanto estar a tu lado que no me importaba si me rechazabas, sin embargo no lo hiciste, me abrazaste con ternura y me levantaste un poco, entonces me aferré a tu cuello y te abracé aún con más fuerza.
-Yo te amo aún mas, no hay nada que perdonar, ahora ya no importa-
Al escuchar estas palabras tuyas, te miré, sonreías tan dulcemente que yo hice lo mismo, y sin intención de contenerme, te besé.
Cuanto extrañé tus suaves labios, tu aroma, tus manos, tu mirada, a ti.
Poco a poco la lluvia comienza a calmarse, ya no cae con esa furia, ahora es más tranquila, aunque obviamente estamos empapados, eso ya no importa, porque de nuevo estoy a tu lado, y no pienso dejarte ir nunca más.

viernes, 15 de abril de 2011

Alguien para amar [Cap. 1]



Titulo: Alguien para amar
Parejas: Inoo Kei / Arioka Daiki [InooDai]
Capítulos: 2
Autora: Ayaa~
Nota: Bueno, después de separarlos me dieron ganas de unirlos otra vez~ para que vean que no tengo NADA en contra del InooDai :3
Esto va dedicado para Satommy, que esta necesitada de InooDai, y también para Carol porque así lo pidio xD
Iba a ser un OneShot, pero me gusta mantener la intriga así que es MiniFic :3 por lo tanto deberán esperar un poquito para la segunda parte, no os preocupeís people! La tendré lista muy pronto :3 ¿Creen que habra lemmón? Bueno, es una posibilidad que voy a considerar :3

Capitulo 1

Nuevamente una noche más de trabajo, con elegancia terminó de abotonarse la camisa, acto seguido anudo su corbata y para terminar se puso su elegante saco negro con toques plateados, le dio un último toque a su peinado y sonrío para sí en el espejo.
-Perfecto-
Dijo mientras se acomodaba la corbata.
-Inoo-chan ¿Ya estas listo?-
Preguntó uno de los chicos.
-Como siempre, ¿Ya es hora?-
El chico asintió con la cabeza.
-Alguien ha pedido tu compañía, al parecer es una persona bastante rica, esta si que será tu noche-
El chico sonrío burlonamente y dijo.
-Yama-chan, todas las noches siempre son mías, que eso no se te olvide-
Dicho esto pasó junto a Yamada, dándole una palmadita en el hombro.
-¿Cómo le haces para estar siempre tan seguro de eso?-
Preguntó curioso mientras caminaba detrás de Inoo por aquel estrecho pasillo.
-Porque así tiene que ser, apenas comienzas, pero poco a poco te darás cuenta que es algo realmente fácil, no por nada estas aquí-
-Pero… tengo mis dudas-
Preguntó Yamada con seriedad.
-¿Qué dudas?-
Preguntó Inoo mientras se detenía repentinamente y se giraba para ver al menor.
-Bueno… yo sé que es poco probable pero… ¿Es posible que te llegues a enamorar de alguien? Bueno, tu solo las ves a todas como simples clientes que te generan un ingreso pero… ¿Qué pasaría si eso llegase a cambiar?-
Ante las preguntas de Yamada, el mayor solo dejo salir un suspiro seguido de una sonrisa.
-Para empezar, debes comprender que no estas aquí para buscar de quien enamorarte, estamos aquí para ganar dinero mientras le hacemos compañía a alguien, siempre debes tener bien marcados tus limites, nada tiene por qué cambiar de su lugar, las cosas así son y así tienen que ser-
Yamada miró sorprendido a Inoo, la tranquilidad con la que le decía las cosas era sorprendente, en verdad admiraba su forma de ser.
-Ahora, es momento de que observes detenidamente lo que muy pronto podrás hacer, A menos que estés planeando estar de mesero todo el tiempo-
Inoo sonrió, se dio media vuelta y continuo con su camino.

Al llegar a aquel enorme salón, lleno de chicos apuestos, unos sentados en unos enormes sillones color rojo, rodeados de señoras adineradas, otros sirviendo animadamente el champagne en la torre de copas mientras las mujeres reían y aplaudían, otros más en un ambiente ligeramente romántico, abrazando coquetamente a su acompañante, una música de fondo bastante movida, las diferentes luces de colores ambientando un poco y unos cuantos meseros yendo de una mesa a la barra y viceversa.
En cuanto el jefe lo vio salir, se aproximo a el.
-Kei, es tu turno, como siempre, te esperan en la sala exclusiva, no es una señora tan grande, como sea, sabes que hacer-
Dicho esto, le dio una botella de vino y un par de copas.
-Descuide, sé mi trabajo-
Dijo sonriente, y así partió rumbo a la parte de atrás de aquel lugar, alejándose del ruido, de la gente solo para entrar en una pequeña sala diferente, con una música mucho más tranquila, relajante, unas cuantas velas alrededor haciendo de aquel lugar algo diferente a lo que realmente era.
-Buenas noches mi bella dama-
Saludó Inoo con una elegante reverencia, después dejó sobre la pequeña mesa de cristal la botella de vino y ambas copas.
-Buenas noches-
Era una joven mujer, aproximadamente 32 años, elegante y por qué no admitirlo, hermosa.
-Eres la mujer más hermosa que me ha tocado esta noche, ¿Puedo saber tu nombre?-
Preguntó mientras se sentaba a su lado.
-Shiori, mucho gusto, Kei-
Inoo sonrió ante tal saludo, tomó la mano de Shiori y la besó delicadamente.
-El gusto es mío-
-Eres mucho más de lo que imaginé, al principio no estaba segura de venir, pero necesitaba hacerlo-
-¿Necesitabas?-
Preguntó Kei mientras servía un poco de vino en una copa.
-A decir verdad, vengo aquí para pedirte un favor-
-¿Qué clase de favor?-
Preguntó con voz seductora mientras le daba la copa de vino a Shiori.
-Es algo muy sencillo, necesito que me acompañes a un baile, solo será un rato, sé muy bien que no puedes hacer esta clase de cosas, pero te pagaré lo que tu quieras, es realmente importante y no tienes que hacer mucho, solo presentarte conmigo como mi pareja, bailamos un poco y después nos vamos, de ahí podrás marcharte a tu casa, por favor, necesito que aceptes-
Pidió la chica, lucía realmente desesperada, ¿Cómo negarse ante una mujer tan hermosa? Bueno, Kei podía hacerlo fácilmente, sin embargo, había dinero de por medio y realmente lo necesitaba.
-¿Qué clase de baile es?-
-Es el cumpleaños del hijo de mi hermano mayor, solo un evento social, nada fuera de lo común puedo asegurarlo, ¿Qué dices? ¿Aceptas venir conmigo?-
Dicho esto, la chica dejó la copa de vino sobre la mesita de cristal y tomó la mano de Kei con ambas manos.
-No estoy seguro…-
Dijo un poco pensativo.
-¿Cuánto dinero quieres? Te lo dije, pagaré lo que sea-
-¿Estás segura?-
Preguntó Kei con curiosidad, a lo que Shiori asintió con la cabeza mientras miraba fijamente a Kei.
-De acuerdo, pero con una condición, el pago es por adelantado y esto no puede saberlo mi superior-
-Te aseguro que seré discreta-
Aseguró Shiori mientras continuaba con su expresión sería.
-Quiero cincuenta mil, ¿Eres capaz de pagar?-
La chica sonrió.
-Te doy cien mil, ¿Te parece?-
Esto superaba a sobremanera las expectativas de Kei, así que sonriente tomó la mano de Shiori y la besó nuevamente.
-Trato hecho mi bella dama-
Ella sonrió.
-Muchas gracias-
Dicho esto, se puso de pie.
-Te veré mañana a las nueve en punto afuera del hotel Sunroute, ¿Lo conoces?-
-Descuida, ahí estaré sin falta-
-¿Puedo depositarte el dinero en alguna cuenta?-
-Me parece una buena idea, puedes hacerlo en esta-
Respondió al mismo tiempo que también se ponía de pie y le entregaba una tarjeta. Después la chica sonrió de nuevo y salió con paso elegante de aquella sala al mismo tiempo que guardaba bien la tarjeta dentro de su bolso, dejando a Inoo con aquella sonrisa triunfante, esto debía celebrarlo de alguna manera, así que le dio un trago a su copa, después salió de aquella sala.
-¿Qué ocurre? ¿Tan rápido?-
Preguntó Yamada al topárselo en el camino.
-Así son estas cosas-
Sonrió Kei mientras continuaba con su camino.
-A como te veo, parece que te ha ido muy bien-
Bueno, solo con decirte que he hecho el mejor negocio de mi vida.
-¿Ah si?-
Preguntó Yamada curioso mientras evitaba chocar con otro mesero.
-Después te cuento, necesito ver si hay más trabajo, hasta luego-
Dicho esto, Inoo se adelantó y se dirigió hacia el jefe, quien quedó igual de sorprendido al ver a Inoo tan pronto y con una amplia sonrisa, sin embargo él no respondió a ninguna de las preguntas que su jefe le hacía, solo terminaba bromeando con él.

Al día siguiente despertó de buen humor, había procurado no beber lo acostumbrado, necesitaba estar en las mejores condiciones posibles, esa misma noche le informo a su jefe que le sería imposible asistir al trabajo por cuestiones personales, la cual entendió de buena manera, dándole el permiso correspondiente.
-Necesitaré un traje… diferente-
Se dijo mientras observaba sus llamativos trajes dentro de su armario, definitivamente no eran los adecuados para un evento para el cual era requerido, así que solo tenía una opción, así que rápidamente tomó su teléfono móvil y marcó el número de la persona que sabía le podía ayudar.
-¿Si?-
Se escuchó del otro lado de la línea.
-Takaki-kun, ¿Estas ocupado?-
-¿Qué quieres tan temprano?-
Preguntó Takaki con cierto fastidio.
-No es temprano, son las once-
-Tú porque no tienes que estudiar para tu examen hasta tarde…-
-Oh… que mal, bueno, iré directo al grano-
Dijo Kei rápidamente.
-¿Ahora qué necesitas?-
Preguntó Takaki con más calma.
-Quiero que me prestes un traje, elegante, tú sabes-
-¿Para que quieres que te preste si tu tienes los tuyos?-
Preguntó Takaki curioso.
-Porque los que tengo no me sirven por ahora, luego te explico, ¿Puedes ayudarme prestándome uno por favor?-
Pidió Kei en tono infantil, Takaki dejó escapar un suspiro y le dijo.
-De acuerdo, sabes que no puedo decirte que no, ¿Puedes venir por él?-
-Iré dentro de una hora, ¿Esta bien?-
-De acuerdo, aquí estaré-
Dicho esto, ambos se despidieron y terminaron la llamada, Kei sonrió triunfante, ahora solo debía esperar a que la hora del encuentro llegara, pero antes, debía confirmar si el pago ya estaba hecho, así que tomo su chaqueta y salió de su departamento rumbo al banco.
Al llegar, revisó el saldo de su cuenta, se quedó mudo al ver la cantidad depositada, exactamente lo que había pedido.
-Vaya, esto iba en serio…-
Dijo para sí mientras caminaba de regreso a su departamento sin evitar sonreír satisfactoriamente.

Así, la noche llegó, ya tenía el traje listo sobre su cama, justo salía de darse una buena ducha, tomó de su pequeño tocador su colonia más preciada y cara y se puso solo un poco, puesto que eso era suficiente para desprender un aroma realmente masculino y agradable.
Se vistió con lentitud, necesitaba que todo estuviese perfectamente bien en su lugar, abotonó lentamente su camisa, se acomodó el cuello y los puños con elegancia, anudo una elegante corbata color vino y su saco color negro al igual que su pantalón, revisó que sus zapatos estuviesen relucientes, se los puso y salió de su departamento, estaba listo.
Cuando llego al lugar del encuentro, no pudo evitar el sentirse nervioso y ligeramente ansioso, su trabajo ya estaba pagado así que debía brindar un servicio de calidad, eso era lo que siempre se decía.
Miraba de un lado hacia otro, en la espera de ver a Shiori, le echó un último vistazo a su reloj, eran justo las nueve de la noche, entonces, pocos segundos después un elegante auto color blanco se estacionó justo enfrente de aquel lujoso hotel. Después, el chofer salió de prisa y abrió la puerta trasera, dejando ver a una chica con un vestido bastante elegante al igual que su peinado y maquillaje.
-Podemos irnos-
Dijo con una sonrisa dibujada en el rostro, Inoo asintió y subió al auto.
-Te ves hermosa, como si fueras de la realeza, de haber sabido hubiese venido más elegante-
Bromeó Kei, la chica soltó una tímida carcajada y dijo.
-Descuida, luces bien, apuesto y elegante, no te preocupes, no pienso permanecer mucho tiempo en la fiesta-
-Como tu digas-
Dijo Kei mientras desviaba su mirada hacia la ventana, observando el nocturno panorama mientras sonreía tranquilamente, esperando con ansias llegar a aquel lugar, sentía una emoción extraña y desconocida, este sentimiento le hizo preguntarse si acaso habría algo realmente especial y diferente aguardándolo en aquel baile.

Pocos minutos transcurrieron en realidad, lentamente el paisaje se llenaba de lugares mucho más elegantes, podía estar seguro de que esas construcciones tan grandes y lujosas eran casas.
-Impresionante…-
Murmuró sin dejar de ver por la ventana.
-Hemos llegado señorita-
Habló el chofer, bajó rápidamente del auto y le abrió la puerta a Shiori, Kei pudo salir por cuenta propia, apresurándose a rodear el auto para acercarse a su joven acompañante, le sonrió amablemente y dobló su brazo derecho, indicándole a la chica que podía tomarlo del brazo, lo cual hizo mientras sonreía tímidamente.
-Que caballero-
Susurró la chica.
-Es parte de mi trabajo señorita-
Dijo Kei alegremente, susurrando suavemente en su oído.
-Si alguien pregunta, simplemente somos pareja, no daremos detalles, ¿estas de acuerdo?-
-Como usted ordene-
Asintió Kei mientras ambos entraban en aquella elegante mansión.

Una suave melodía inundaba el lugar, al parecer contaban con su propio conjunto musical compuesto por instrumentos bastante sofisticados, el cual iba desde un pianista hasta una elegante chica que tocaba el arpa, todo realmente de primera clase, y que decir de la gente, todos vestían sus mejores trajes, las mujeres con vestidos realmente elegantes, la mayoría de facciones refinadas, era la primera vez que Kei asistía a un lugar de ese nivel, comenzaba a sentirse intimidado por tanta elegancia, sentía que no encajaba con semejante lugar, y eso se notaba claramente en su expresión, de lo cual para su fortuna solo Shiori logró notarlo, diciéndole en voz baja.
-Descuida, te observan por que vienes conmigo y porque además eres un joven apuesto, solo ignora y sonríe con amabilidad-
-Lo siento, no estoy acostumbrado, pero eso haré, gracias-
Ambos se miraron y se sonrieron amablemente.
-Aquí viene mi hermano, no digas nada si no es necesario, ¿De acuerdo?-
Kei asintió con la cabeza y observó al señor que se acercaba a ellos con una amable sonrisa, al parecer era una familia con una sonrisa bastante natural.
-Shiori, creí que no vendrías, me da mucho gusto verte-
-No podía faltar al cumpleaños de Daiki, es mi sobrino consentido-
Dijo con una sonrisa.
-Es tu único sobrino Shiori, estoy seguro de que Daiki se alegrará mucho de verte-
-¿En dónde esta?-
Preguntó Shiori con curiosidad.
-Esta a punto de salir, no debe tardar… pero bueno, dime, ¿Quién es el joven que te acompaña?-
Preguntó el señor viendo por primera vez a Kei, sonriéndole amablemente, sonrisa ante la cual Kei no pudo evitar corresponder con una igual.
-Es mi pareja, los presento, hermano, él es Inoo Kei, le pedí que me acompañara esta noche lo cual le agradezco-
Dijo Shiori mirando a Kei mientras le sonreía.
-No podía dejarte sola, es un gusto conocerlo señor…-
Kei sonrió y espero respuesta.
-Arioka Ren, mucho gusto, te ves joven…-
Dijo el señor mientras miraba fijamente a Kei, era evidente que Shiori era mucho mayor que él.
-¿Tratas de decir que soy una anciana Ren?-
Preguntó Shiori con cierto tono de broma.
-En lo absoluto, bueno, eso no importa, pasen, bienvenidos, en un momento saldrá Daiki, espero y disfruten la velada-
-Muchas gracias-
Dijo Kei con una leve reverencia y una amable sonrisa, después, el señor Arioka se retiró, saludando a los demás invitados que también llegaban al evento.
-¿Cómo ha estado?-
Preguntó discretamente Kei mientras caminaba con Shiori atravesando aquel gran salón.
-Perfecto, ahora solo disfruta del baile, ¿Quieres tomar algo?-
Preguntó mientras señalaba a uno de los meseros que llevaba varias copas de champagne.
-No, muchas gracias, ¿Tu quieres?-
-Bueno, no me desagradaría una copa de vino-
Kei sonrió y miro a su alrededor buscando, localizando al mesero que llevaba las copas de vino casi al fondo del salón.
-Iré por una, no tardo-
-Gracias-
Kei sonrió junto con Shiori y se fue.
Mientras caminaba entre toda esa gente tan elegante, no pudo evitar el sentirse como alguien importante, durante ese instante olvido que trabajaba en un Host club todas las noches y que vivía en un departamento no muy elegante, sin embargo no tan simple puesto que su trabajo le permitía ciertos lujos, pero nada comparado con los lujos que esa gente se daba a diario.
Al llegar donde el mesero se encontraba, le dijo amablemente.
-Una copa por favor-
El mesero asintió con la cabeza y le dio una copa con vino tinto.
-Gracias-
Dijo Kei, pero justo cuando se dio media vuelta para regresar al lugar donde había dejado a Shiori, chocó con alguien, derramando todo el vino sobre la ropa de aquel chico, quedándose solo con la copa vacía en la mano.
Al ver lo que acababa de ocasionar, se asustó un poco, acababa de chocar con un chico, de estatura mediana y cabello castaño, el cual lució ligeramente enfadado por lo ocurrido, puesto que su elegante traje ahora estaba manchado de rojo.
-¡No puede ser!-
Reclamó mirando furioso a Kei.
-Lo siento mucho, no sabía que estabas atrás de mi-
Aquel chico pareció respirar profundo para tranquilizarse un poco, después, inexplicablemente sonrió.
-No es nada, de todas formas no estaba tan convencido de este traje, tendré que ir a cambiarme-
-¿Puedo ayudarte en algo? Después de todo esto es mi culpa-
Aquel chico miró fijamente a Inoo, su expresión de completa preocupación lo hacía lucir aún más apuesto de lo que ya era, elegante.
-¿Acaso te conozco de alguna parte?-
Preguntó el chico mientras miraba fijamente a Kei.
-No, me temo que no, es la primera vez que asisto a un evento de esta familia-
Respondió Kei, cambiando su expresión de preocupación por una amable sonrisa.
-Ya veo… ¿Con quien vienes?-
Kei se giró un poco y señaló a Shiori, quien se encontraba aún esperándolo.
-Con Shiori-san-
-¡Ah! ¡Shiori!-
Exclamó el chico.
-Así es…-
Dijo Kei un poco confuso.
-No sabía que mi tía tuviese un novio… luces más joven que ella…-
Le dijo aquel chico mientras lo observaba más detalladamente.
-Bueno, no creo que la edad importe mucho… si Shiori-san es tu tía tu debes ser… Daiki… ¿Cierto?-
El chico sonrió.
-Arioka Daiki, mucho gusto-
-Inoo Kei, mucho gusto-
Ambos se sonrieron e hicieron una pequeña reverencia.
-¿Desde cuando sales con mi tía?-
Preguntó el chico.
-Bueno, tenemos poco tiempo-
Respondió Kei con una sonrisa nerviosa.
-No me sorprende, siempre anda con alguien diferente… ¿Acaso tu…-
Daiki estaba por hacer una pregunta, pero no se sintió seguro, había mucha gente a su alrededor, así que tomó a Kei del brazo y comenzó a llevárselo.
-¿Qué ocurre?-
Preguntó mientras era arrastrado por Daiki, pero este no respondió y al llegar a un solitario pasillo, miró a su alrededor, cerciorándose de que no hubiese nadie que pudiera escuchar.
-¿Pasa algo?-
Preguntó Kei mientras observaba como Daiki miraba a su alrededor.
-Bueno, aquí nadie se dará cuenta-
Kei estaba confundido.
-¿Qué quieres exactamente?-
Preguntó mientras observaba como Daiki continuaba sujetando su brazo, este, al darse cuenta, lo soltó rápidamente.
-Lo siento, es que lo qué te quiero preguntar no debe escucharlo nadie-
Kei se sorprendió.
-Bien, te escucho-
Daiki sonrió y preguntó.
-¿Acaso tú también trabajas en esos lugares nocturnos?-
Ante semejante pregunta, Kei se quedó sorprendido, no se lo esperaba, ¿En que se basaba Daiki para suponer tal cosa? Eso solo lo llevo a suponer que su tía, Shiori, recurría a esa clase de lugares muy a menudo para tener acompañantes para sus elegantes eventos.
-No pienses mal de mi tía, pero esta sería la tercera ocasión que asiste con alguien, he notado que vienen de esos lugares por su forma que la tratan-
Kei no pudo evitar reír ante tal comentario.
-Pareces un experto en el tema-
Daiki sonrió despreocupado.
-Bueno, mi tía y yo tenemos una relación en donde nos contamos todo, yo confío mucho en ella y ella en mí, hay mucha confianza entre nosotros, por eso no te preocupes en decirme la verdad, yo no diré nada-
No podía creerlo, tan elegantes y ricos que son y terminaron siendo una familia bastante extraña. Observó detenidamente a Daiki, esa sonrisa despreocupada, ese rostro, no podía negar que era un chico apuesto y simpático.
-Vaya… que cosas…-
Fue lo único que Kei logró decir mientra sonreía con torpeza.
-Sabes, a diferencia de los demás tu eres diferente, puedo sentirlo, ¿en verdad trabajas en un lugar de esos?-
Kei sonrió y respondió.
-Así es, trabajo en un Host club, todas las noches, cuando quieras ir, puedes encontrarme-
Dicho esto, sacó una tarjeta de su saco y se la dio a Daiki mientras le guiñaba el ojo.
-Vaya… increíble-
-No suelo dar tarjetas, da la casualidad de que traía una, no pienses que vine aquí a hacerme publicidad, no es mi estilo-
Ante el relajado comentario de Kei, Daiki lo miró aún con más detenimiento, definitivamente Inoo era diferente a los demás, era más elegante, apuesto, con una hermosa sonrisa y una mirada fresca, no tardó en darse cuenta de que no podía quitarle la mirada de encima a aquel joven tan apuesto.
-Será mejor volver, tu tía me espera y creo que ya tardé demasiado-
-Yo volvería pero así no puedo, necesito cambiarme-
Dijo Daiki con una torpe sonrisa.
-De verdad lo siento, ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?-
Preguntó Kei, volviendo su expresión seria y preocupada.
-Estaré bien, solo debo ir a cambiarme, volveré rápidamente-
-En verdad lo siento mucho-
Se disculpo Kei una vez más.
-Es tu cumpleaños y mira como te arruino la noche-
Al escuchar estas palabras, Daiki soltó una pequeña carcajada.
-No has arruinado la noche, yo no deseaba esta clase de fiesta pero ya sabes como son de insistentes los padres, iré a cambiarme, nos vemos luego-
Dicho esto, Daiki se marchó a toda prisa, dejando a Inoo solo en aquel solitario pasillo, estaba a punto de dar el primer paso para marcharse cuando logró ver en el suelo, una pequeña rosa roja artificial adornada con finos diamantes.
-¿Pero que…-
Se dijo mientras la levantaba y la observaba detenidamente, ¿En dónde la había visto antes?
-¡Es de Daiki!-
Exclamó al mismo tiempo que recordaba haberla visto en el traje del menor.
-Esto parece valioso… será mejor que se lo regrese cuanto antes-
Se dijo mientras miraba en dirección hacia donde Daiki se había marchado, tenía que darse prisa si quería alcanzarlo.

Por más que caminaba no lograba ver a Daiki, aceleró un poco más el paso, pero ¿Qué tan lejos pudo haber ido? Bien, debía aceptarlo, esa casa era demasiado grande, parecía un laberinto para Kei, estaba a punto en entrar en un estado de desesperación cuando de pronto, caminando por uno de los pasillos, una puerta se abrió, sintió un gran alivio al ver salir a Daiki, esta vez, con un traje un poco más sencillo, pero sin perder ese toque elegante y sin dejar de verse atractivo.
-Inoo-kun, ¿Qué haces aquí?-
Preguntó Daiki al verlo.
-Bueno… te estaba buscando, veras… se te cayó esto y pensé en devolvértelo-
Respondió Kei ligeramente avergonzado, debía admitir que sintió como su corazón se detuvo momentáneamente al ver a Daiki, lucía tan apuesto, estaba conciente de que esto iba completamente en contra de sus gustos, después de todo nunca se había interesando en algún chico, siempre rodeado de mujeres a las cuales complacer nunca le habían dado la oportunidad de pensar en que era lo que realmente le gustaba.
-Muchas gracias, aunque ahora no creo necesitarlo-
Respondió Daiki, entonces, Kei lo observó detenidamente, después le echó un vistazo a aquella rosa y de nueva cuenta miró a Daiki.
-Yo pienso que si-
Dicho esto, sonrió y se acercó lentamente a Daiki, este, al notar el acercamiento del mayor se sorprendió, no imaginaba que sería capaz de hacer, pudo sentir su corazón latir con demasiada fuerza, era extraño, pero no iba a negar que desde el primer momento que vio a Kei, pudo sentir algo extraño en su interior, era un chico que además de apuesto y de presencia agradable, había algo más, algo que no podía explicar y más sin embargo lo atraía a él a sobremanera.
Cuando Kei estuvo cerca de Daiki, colocó con cuidado aquella rosa en el bolsillo del saco del menor.
-Yo opino que luce perfecto así-
Dijo Kei mientras sonreía amablemente.
-¿En verdad lo crees?-
Preguntó Daiki ligeramente avergonzado ante la cercanía del mayor.
-Bueno, una de mis especialidades es el saber verme bien, mi trabajo me lo pide así, por lo que no puedo mentirte-
Daiki sonrió al escuchar tales palabras.
-Gracias-
-No es nada, ahora, volvamos, toda esa gente esta esperando a ver a la estrella de esta noche, no lo cree así joven Daiki-
La forma en la que Kei dijo estas palabras fue realmente divertida y al mismo tiempo con su toque de seducción, como solía hacerlo siempre, solo que esta vez le hablaba así a un chico, nunca lo había hecho y eso lo hacía sentirse extraño, más sin embargo no era desagradable.
-¿Así le hablas a todas tus clientas?-
Preguntó Daiki mientras sonreía torpemente.
-Bueno, es parte del procedimiento ¿sabes? Pero contigo no es igual-
-¿A no? ¿Por qué?-
Kei puso una expresión pensativa y con una sonrisa traviesa respondió.
-Bueno, punto número uno: tu no eres un cliente y punto número dos: tómalo como una atención especial por ser tu cumpleaños-
Daiki sonrió aún más ante tal respuesta.
-Entonces he de decir que soy afortunado por semejante trato especial ¿cierto?-
-Bueno, hay un servicio todavía mejor que no se lo doy a cualquiera-
Respondió Kei con un ligero tono de seducción mientras sonreía.
-¿Y se puede saber que servicio especial es ese?-
Preguntó Daiki mientras se cruzaba de brazos y miraba a Kei con curiosidad.
-Bueno, no sé si deba… dime una razón para darte mi servicio especial-
Daiki se quedó pensativo solo un par de segundos, después, decidido, respondió.
-Bueno, es mi cumpleaños, ¿Qué más razones necesitas?-
Kei sonrió, no podía negarse, había algo en Daiki que le atraía demasiado, sabía que era una locura pero… no podía retroceder ahora.
-Mmm… me parece algo razonable, no eres mi cliente, sin embargo estoy disfrutando de tu agradable fiesta así que… ¿Por qué no?-
Dicho esto, tomó a Daiki de la cintura y lo pego suavemente a su cuerpo, esto provocó que de inmediato Daiki se ruborizara por completo, ahora estaba nervioso, a tal grado que no lograba articular palabra, simplemente se sintió absorbido por aquellos ojos negros tan profundos, esa sonrisa seductora y embriagado por aquel dulce aroma que se desprendía del cuerpo de Kei.
-Solo tienes que cerrar los ojos…-
Le susurró mientras se acercaba más a su rostro, Daiki continuaba igual de nervioso, pero este sentimiento fue desvaneciéndose cada que sentía el rostro de Kei más cerca del suyo, y cuando fue capaz de sentir su suave respiración tan cerca, lentamente cerró los ojos y entonces pudo sentir la sensación mas agradable y única que jamás había sentido, la humedad de los labios de Kei sobre los suyos era sumamente deliciosa, sentir esos fríos labios posarse sobre los suyos despertó un torrente de emociones dentro de él.
Por otro lado, Kei experimentaba casi lo mismo, tal vez de diferente manera, el ya había besado a otras personas, de hecho, esta era la primera vez que besaba a un chico, ¿Por qué lo había hecho? Bueno, eso no lo sabía, simplemente no tenía cabeza para preguntarse eso, solo se había dejado llevar por aquel sentimiento que Daiki le había provocado, haciendo que se sintiera tan bien, el poder tocar esos suaves y cálidos labios con los suyos era una deliciosa sensación que estaba deseoso de poder sentir más.
Poco a poco Kei golpeó suavemente los labios de Daiki son su lengua, obteniendo como respuesta que el menor abriese lentamente sus labios para darle entrada y así comenzar con un tímido juego entre besos, entrelazando tímidamente sus lenguas, saboreándose a cada movimiento, el cual lo hacían tan lento, como si así pudiesen ser capaces de que durase por mucho más tiempo.
Se besaban de una manera única, ninguno de los dos había besado a alguien de esa forma, todo marchaba tan bien cuando lograron escuchar unas voces no muy lejos, alguien se aproximaba, así que lentamente detuvieron aquel beso y se separaron. Daiki no se atrevía a mirar a Kei, estaba demasiado avergonzado como para hacerlo.
-Ahora, debo irme, deje a alguien esperándome y no puedo permitir que siga así, nos vemos… Daiki…-
Dicho esto, se alejó del cuerpo de Daiki, le revolvió traviesamente los cabellos y se marchó a paso lento.
-No… no puedes irte así…-
Susurró Daiki mientras se llevaba un par de dedos hacia los labios, volviendo a sentir aquella agradable sensación, respirando aún el suave aroma de Kei, sintiendo sus brazos rodear su cintura… sentir aquellos labios sobre los suyos.

Cuando Kei volvió al salón, buscó rápidamente a un mesero y tomó sin decir nada una de las copas con vino tinto, después caminó rápidamente hacia donde Shiori se encontraba sentada, al parecer conversaba con un par de señoras.
-Disculpa la tardanza, tuve un pequeño percance-
Se disculpó Kei mientras le daba la copa a Shiori.
-¿Qué ha pasado? ¿Estas pálido?-
Preguntó preocupada al ver el rostro de Kei.
-Es que me topé con alguien y derramé un poco de vino en su ropa, casualmente se trata de tu sobrino, tuve que disculparme con él-
Shiori río ante tal explicación.
-No tienes porque alterarte, Daiki no se molestará contigo solo por eso, descuida-
Al escuchar el nombre de Daiki, el corazón de Kei latió con más fuerza, estaba convencido de que acababa de hacer una completa locura, besar a un chico desconocido, increíblemente rico no era lo más sensato que podía hacer, pero se había dejado llevar por aquel extraño impulso, sabía que estaba mal pero ¿Qué podía hacer ahora? Nada, ya todo estaba hecho y no había marcha atrás.

El resto de la velada continuo con normalidad, Daiki apareció ante los invitados y todos los felicitaron por sus veinte años ya cumplidos, el sonreía mientras su padre hacía el brindis.
“-¿Veinte años? No lo parece…-”
Pensó Kei mientras levantaba su copa de champagne para brindar junto con todos los demás invitados.
Poco después, Shiori le dio la indicación de que era hora de marcharse, y mientras ella se despedía de sus amistades, Kei la esperaba en la puerta, cerca de donde estaban los mayordomos, se llevó una gran sorpresa al escuchar la voz de Daiki de repente.
-¿Te iras ahora?-
-Bueno, mi trabajo ha terminado, es hora de marcharme, me dio gusto conocerte, feliz cumpleaños-
Dijo Kei mientras se giraba y discretamente acariciaba su rostro.
-¿Tienes que irte?-
Al observar la desilusión en los ojos de Daiki, Kei solo dejo salir una sonrisa fingida.
-Debes olvidar lo ocurrido, nuestros mundos son diferentes, además, no puedes confiar en alguien como yo-
Daiki miró fijamente a Kei y dijo con seguridad.
-Yo… quiero probar-
Desafortunadamente no pudo continuar puesto que su tía apareció.
-Es hora de irnos Kei-
-Como digas mi bella dama-
Sonrió Kei, mirando a Shiori y de nuevo colocándose a su lado, doblando su brazo para que ella lo tomara.
-Daiki, felicidades, vendré a verte después, se buen chico-
-Ya no soy un niño Shiori-
Respondió ligeramente fastidiado, debía aceptar que le enojaba verla tan cerca de Kei.
-Bien, joven de veinte años, cuídate-
Dicho esto, ambos se dieron media vuelta, fue ahí donde Kei y Daiki cruzaron miradas por última vez.
“-Tengo que volver a verte…-”
Pensó Daiki mientras observaba como su tía y Kei desaparecían detrás de esa enorme puerta.

Cuando la fiesta termino, subió a su habitación y se quitó la estorbosa corbata, se sentía extraño. De pronto, alguien tocó a su puerta.
-Adelante-
Dijo mientras se desplomaba sobre su cama.
-Joven Daiki, me llevaré su ropa sucia-
-Si, esta bien-
Respondió a aquella sirvienta sin moverse de su lugar, hasta que de pronto recordó algo importante.
-¡Espera un segundo!-
Ordenó mientras se ponía de pie rápidamente y tomaba el primer saco que se había puesto, buscó en el bolsillo y sacó la tarjeta que Kei le había dado, sonrió triunfante al verla.
-Es todo, puedes llevarte todo-
Dijo mientras observaba fijamente aquella tarjeta, tenía la clave para ver de nuevo a Kei, estaba decidido a verlo una vez más, era un sentimiento que ahora ya no podía detener.

Continuara...